La familia de la vajilla impar

Quizá nunca te has detenido a pensarlo, pero las familias y sus vajillas guardan muchas semejanzas, tienen su propia historia y su forma de contarla. Esta es la historia de la familia de la vajilla impar (y de sus fruteros, sus cuencos y sus tazas). Junto a ellos asistirás a tardes tranquilas, actuaciones temerarias, excursiones al campo... y sorpresas inesperadas. Los niños crecen, el tiempo pasa y hay mil detalles que de año en año se entrelazan. Así que abre bien los ojos y no dejes de contar: lo creas o no lo creas, todo lo que se nombra ¡tiene que estar! Una pista: si pierdes la cuenta, mira al principio y al final. Después de todo, en casa de esta familia esas cosas pueden pasar. 

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2016 Edelvives
40
978-84-140-0614

Ilustraciones de Isabel Hojas

V Premio Internacional de Álbum Ilustrado Edelvives

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Álbum ilustrado que cuenta la historia de una numerosa familia a lo largo de varios años; con esta obra las autoras han conseguido el V Premio Internacional al mejor álbum ilustrado, patrocinado por la editorial Edelvives. A lo largo de la trama, y especialmente a través de las ilustraciones, se narran diversos hechos en la vida cotidiana de una familia que van acaeciendo con el transcurso de los años. La historia se inicia cuando los tres  hijos aún son pequeños, y termina con una gran celebración sorpresa para festejar el cumpleaños del padre, cuando los hijos ya son mayores.

En los breves textos que conforman el relato, se explica la evolución de la vajilla con el paso del tiempo: tazas y platos que se rompen, la sopera que pierde su tapadera, los cubiertos desparejados; pero todo ello, el recuento de la vajilla, no es más que un reflejo de las distintas situaciones de la vida ordinaria que se van desarrollando en la familia: la vida doméstica, sus celebraciones, sus excursiones al campo, las relaciones con sus vecinos y dentro del núcleo familiar. Como afirma Isabel Hojas, la ilustradora, “la historia de la vajilla me tocó personalmente porque me crie en una familia grande, que no es muy hábil demostrándose los cariños, pero la mesa y la comida rica nos reúne siempre”.

En definitiva, se trata de una lectura entretenida e interesante para compartir en familia y reconocer que la vida está llena de cambios y de pérdidas, pero que lo importante son las relaciones personales, la red de afectos y los momentos compartidos. Como afirma la autora, Catalina González Vilar, la obra admite “varias capas de lectura” o de interpretaciones: un niño pequeño se fijará más en las mascotas (el perro, el gato y el pajarito que se mueven por toda la casa), mientras que otros lectores verán las similitudes entre los textos y las actividades de las ilustraciones, e incluso las compararán con las de su propia familia. Combinando lo emocional y lo humorístico, es “un libro para detenerse y mirar, para descubrir y, sobre todo, para hablar en familia”.