La mejor voluntad

Bob Miller ha creado el paraíso con el que siempre soñó: una granja en lo alto de un valle, a cinco kilómetros del pueblo más cercano, donde él y su esposa Liz viven y crían a su hijo, Tommy, cultivando su propia comida, hilando y tejiendo su ropa, fabricando sus propios muebles. Él mismo construyó la casa en la que habitan, sin teléfono ni televisor, sin automóvil, sin más conexión cotidiana con el mundo exterior que los viajes diarios de Tommy a la escuela. Allí viven, piensa Bob, y allí vivirán siempre.

Bob y Liz se enorgullecen del estilo de vida autosuficiente que han escogido, pero si de algo se siente verdaderamente orgulloso Bob es de Tommy, ese chico entusiasta, receptivo, obediente y dispuesto a dejarse guiar por su padre. Por eso nunca habría imaginado que un día su hijo fuera capaz de agarrar dos muñecas de una compañera de clase y destrozarlas. Sin embargo, ese día llega y a Bob le recorre un escalofrío. Algo va mal, realmente mal, y él no lo ha visto venir. En La mejor voluntad, un súbito arrebato de violencia es el detonante que removerá los cimientos del aparente edén familiar de los Miller. En una narración que avanza con paso inexorable hasta un final impactante, Jane Smiley, con su distintivo talento para retratar las relaciones familiares, se sumerge en los miedos y las esperanzas que depositamos en nuestros hijos, y una vez más subraya los modos en que, sin darnos cuenta, boicoteamos nuestros propios sueños, incluso cuando actuamos con la mejor de las intenciones.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2021 Sextopiso
134
978-84-18342-32-5

Traducción de Inga Pellisa

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3
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3 valoraciones

Género: 
Libro del mes: 
Abril, 2022

Comentarios

Imagen de acabrero

Un libro breve, muy bien escrito, con un mundo rural magníficamente descrito y con una problemática que no es habitual encontrar. ¿Cómo estamos educando a nuestro hijo? Hay varios detalles en el modo de plantearse la vida en el padre, que es relator de la historia, que hacen pensar en problemas no pequeños. Al ser una obra breve, podría pasar el lector por encima casi sin advertir el problema que se plantea la madre y que apenas detecta el padre. Muy interesante.

Imagen de cattus

 

La novela es interesante y está bien escrita, coincido con el comentario anterior, pero a mí me suscita una pregunta a siquiatras y pedagogos: ¿hay alguna explicación a las reacciones del hijo, imprevisibles, drásticas, que tanto contrastan con el resto de su conducta y que causan tanto daño en su entorno? Luis Ramoneda 

Imagen de amd

Novela breve sobre la vida aislada en la naturaleza, las relaciones familiares y la educación de los hijos. Ambientada en un pueblo de Pensilvania en la década de los 80, la trama está protagonizada por la familia Miller: Bob, Liz y su hijo Tommy, que va a cumplir ocho años. Los tres viven en una granja apartada del pueblo, a unos cinco kilómetros, sin coche, sin electricidad, sin teléfono; cultivan su propia comida, tejen sus jerséis y mantas, cuidan de los animales y apenas utilizan el dinero (unos 343 dólares al año), ya que los materiales que les faltan en sus quehaceres cotidianos los suelen conseguir mediante trueque. Cuando Bob regresó del ejército (diecinueve años atrás), decidió forjarse su propio futuro alejado del mundo y construir su paraíso personal: compró cinco parcelas de tierra fértil, construyó una casa y sembró 45 bancales en forma de herradura en torno a ella. Hace doce años, Bob se casó con Liz y luego tuvieron al pequeño Tommy que ha culminado su mundo creado, perfecto, utópico. Aunque se habían planteado la escolarización en casa, finalmente Tommy va todos los días al colegio del pueblo y ya está en 2º curso: este proceso de socialización le ha supuesto   comprobar que su vida no es igual que la de otros niños de su edad.

El relato está narrado en primera persona por el padre, Bob, que reflexiona sobre su vida y sus logros, él se considera un genio y lo que hace le parece hermoso y útil, orgulloso de su trabajo, y envanecido por haber logrado un mantenimiento abundante, rico y barato para él y su familia. Especialmente, está satisfecho de su hijo, un buen chico, entusiasta y abierto; pero, al verlo crecer, comienzan sus dudas: ¿estará siempre dispuesto a dejarse guiar?, ¿es suficiente con darle ejemplo? Por otra parte, su esposa, Liz, ha iniciado un despertar espiritual: desea ir a la iglesia pentecostal todos los domingos, participar de los oficios y rezar todas las noches, movida por sus deseos de salvación y de amor de Dios. Ella ha comenzado una búsqueda, una necesidad de Dios en su día a día, que a Bob le incomoda porque rompe el ritmo de su vida diaria. Finalmente, cuando Tommy destroza dos juguetes en el colegio, dos muñecas nuevas, a su compañera negra Annabel Harris, quizá por ideas racistas, quizá por envidia de sus juguetes, quizá por una especie de venganza, el mundo utópico de Bob se tambalea y se siente atacado por todos aquellos que censuran “nuestro modo particular de vida”.

Con un estilo elegante y preciso, unido a unas maravillosas descripciones del inmenso paisaje americano, de sus bosques y lagos, la autora, Jane Smiley, profundiza en los sentimientos y en los pensamientos más profundos de sus personajes. Como afirma la crítica, la complejidad emocional y moral que confiere a sus personajes la confirman como una gran autora, que sabe explorar con enorme lucidez los intrincados laberintos de la vida conyugal y familiar contemporánea. La editorial Sexto Piso ha publicado en los últimos años otras dos novelas de esta autora, La edad del desconsuelo y Un amor cualquiera, ambas muy bien recibidas por la crítica y los lectores.