Confesiones de un hereje

Once ensayos de Roger Scruton (1944-2020) publicados en 2016. La mayoría de ellos están dirigidos a defender el brexit o salida de la Gran Bretaña de la Unión Europea. El autor opina que Europa está haciendo perder el carácter británico de esa nación. También realiza una comparación entre la civilización occidental y sus valores con la cultura islámica.

El título obedece el deseo del autor de oponerse al pensamiento dominante.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2024 Ediciones Rialp
198
978-84-321-6906-9

Original de 2016.

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Leemos en wiquipedia que Roger Scruton se encontraba en París en 1968, y que la violencia de los revolucionarios asentó en él el conservadurismo que luego le iba a caracterizar. Puede ser y puede no ser. Hay personas investidas de un espíritu de contradicción, a las que no gusta seguir el pensamiento dominante cuando lo encuentran falto de fundamento; este es el caso de Scruton.

En las Confesiones de un hereje el autor pretende definir la civilización occidental, cristiana y británica, en oposición a la socialmemocracia, el laicismo y el islamismo. Como liberal, Scruton piensa que hay que limitar la participación del Estado en la sociedad, delimitando el verdadero ámbito del gobierno (págs.63 y 64). Añade que "en la medida en la que el gobierno aumenta su poder pierde autoridad y la clase política comienza a verse con sarcasmo y desprecio" (pág.62).

Para el autor los rasgos principales de la civilización occidental serían: Ciudadanía, nacionalidad, cristianismo, autocrítica, representación y hábito asociativo (págs 179 y ss), y cada uno de los países se definiría por su territorio, cultura, historia y Derecho (pág.74). Define la nación como "una identidad compartida" (pág.68). En base a lo anterior concluye que, dado que las características de cada uno de los paises no son coincidentes, la Unión Europea es una construcción artificial destinada a fracasar. Scruton considera el cristianismo como parte de la civilización occidental, por lo que critica que la religión cristiana haya sido apartada de los documentos oficiales de la Unión (pág.70).

Se ha impuesto -continúa- "el culto a las minorías", lo cual conduce a que las leyes contra la discriminación "obligan a muchas personas religiosas a ir en contra de las enseñanzas de su fe en materia de homosexualidad, predicación y exhibición de símbolos religiosos" (pág.50). Se introduce "un derecho incondicional al aborto" y se proporciona a los jóvenes una educación sexual que les prepara para "el mercado del sexo en lugar de adultos responsables en busca de compromiso y amor" (pág.50). Concluye afirmando que se ha producido "un repudio oficial de nuestra herencia cultural y religiosa" (pág.178).

El autor distingue entre nacionalidad y nacionalismo. Nacionalidad es el vínculo que adscribe a un sujeto a una determinada comunidad política, en tanto que el nacionalismo es "un intento de suplantar las lealtades consuetudinarias por algo más parecido a una lealtad religiosa" (pág.80). Podríamos decir que la nacionalidad une y el nacionalismo separa. Para Scruton una de las consecuencias jurídicas de la nacionalidad es la soberanía, por lo que pide a los británicos: "Debemos conservar la soberanía nacional como nuestro mayor activo político" (pág.174).

Sobre el socialismo el autor afirma que "las políticas del bienestar pueden conducir a la creación de una clase socialmente disfuncional, mantenida sin trabajo ni responsabilidades" (pág.60). Para los socialistas solo los ricos son verdaderamente libres y por lo tanto responsables, en tanto que los pobres, indigentes y vulnerables estarían intrínsecamente libres de culpa y nada malo puede achacárseles" (pág.60). En realidad -afirma el autor- las características morales de la persona, las que le hacen hombre, son los derechos, deberes, libertad y responsabilidad.

Es interesante señalar cómo el autor denuncia que "los conservadores corren el peligro de parecer como si no tuviesen ninguna idea positiva del gobierno y se dedicaran a oponerse a los programas gubernamentales, por muy necesarios que sean para el futuro y la seguridad de la nación" (pág.52). Compartimos algunas ideas del autor, sin llegar a las mismas conclusiones. Los Estados modernos tardaron muchos siglos en consolidarse y lo mismo ocurrirá con la Unión Europea. Nos encontramos ante un libro no fácil de leer y sobre todo dirigido a los ya convencidos de las mismas ideas de su autor.