El tercer Hombre

UN Hombre acude a una arruinada Viena de la postguerra,llamado por un amigo de la infancia. Al aparecer en la ciudad se enfrenta al hecho de que su amigo a muerto. El inicia una investigación con la sospecha de que ha sido asesinado.

Ediciones

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1998 Edhasa
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Imagen de Azafrán

Personajes:
Coronel de Scotland Yard, Calloway (cuenta su investigación en 1ª persona)
Martins Rollo, escritor de novelas western que firma como Dexter y da lugar a la confusión con el escritor Benjamín Dexter
Harry Lime, norteamericano que se dedica al tráfico ilegal de Penicilina
Anne Smith, actriz y novia de Henry
Kurtz, amigo de Harry Lime, acompaña a Harry en el momento del accidente y recibe el supuesto encargo de ocuparse de Martins
Coronel Cooler, amigo de Harry que provoca con su presencia el atropello de Harry
Her Koch, testigo auditivo del accidente y que ve como recogen al difunto Harry
El Chófer del jeep que atropella a Harry y que es conocido suyo
Crabbin, director del British Council quien invita a Dexter a un coloquio en la sede del instituto creyendo que se trata de Benjamín Dexter

El relato:

Al final de la II Guerra Mundial, Viena, una ciudad oscura y dividida en cuatro sectores (Rusia, Inglaterra, Norte América y Francia) bajo el control militar de los Aliados, padece una realidad dominada por la corrupción y el sálvese quien pueda. Martins Rollo, un escritor norteamericano de novelas del género western firmadas con el seudónimo de Buck Dexter, llega para visitar a su amigo Harry Lime, pero sólo logra asistir a su entierro y enterarse de sus turbios negocios. Gramham Greene escribió el guión de la película dirigida por Carol Reed, en la que destacan las sublimes interpretaciones de Orson Welles y Joseph Cotten.

En Frankfurt, de camino a Viena, un periodista le había confundido con el escritor Benjamín Dexter, estilista de la categoría de Henry James, pero con una veta femenina más marcada que su maestro. Este encuentro será el detonante de una serie de invitaciones y agasajos que va a recibir en Viena. El señor Crabbin, le va a reservar una habitación en un hotel. Pero Martins decide tomar un taxi e ir a la casa de su amigo Harry Lime, donde se entera su fallecimiento y del entierro que tendrá lugar esa misma mañana. Allí verá a una joven ucraniana, la novia de su amigo Harry y al coronel de Scotland Yard, Mr. Calloway quien le interrogará y le hará conocer las actividades delictivas de Harry: contrabando y adulteración de Penicilina, lo que estaba ocasionando la muerte de inocentes o su invalidez de por vida. También le informa sobre la muerte de Harry que ocurrió de forma inmediata tras recibir un golpe en un accidente de tráfico.

Tras el entierro de Harry regresa al hotel donde le está aguardando Crabbin (un hombre regordete, en el principio de la edad madura, con una tonsura natural y con unas gafas de concha con los cristales gruesos) quien le informará que un hombre de su organización telefoneó desde Frankfurt para avisar de que él, Dexter, estaba en el avión en contra de la anulación que la casa editorial de Suecia había enviado. Crabbin traslada a Dexter la admiración de muchos lectores de Austria por la obra y traducciones de Dexter, especialmente por La proa curvada. Le da los vales para la comida y un poco de dinero de bolsillo y le convoca para un coloquio sobre la novela contemporánea privado en el Instituto, dos días después. Por último le informa sobre Anna Smith, la novia de Harry, a quien conoce por ser una actriz que estudia inglés en el Instituto que él dirige, el British Council.

Por la noche en el hotel recibe una llamada telefónica de un amigo de Harry al que el propio Harry encargó que cuidara de él a su llegada a Viena, justo antes de morirse. Con lo que la información facilitada por el Coronel Calloway parecía quedar en entredicho.

A la mañana siguiente se reunión con Kurtz, un hombre extraño que no acepta la calvicie y usa bisoñé liso y rubio cortado en línea recta sobre el cogote, y maquillaje para simular arrugas en las patillas de los ojos. Kurtz llevaba un ejemplar de El jinete solitario de Santa Fe, la novela de Martins.

“Yo estaba con él. Habíamos salido juntos de su casa y Harry vio a un amigo al otro lado de la calle, un norteamericano llamado Cooler. Le saludó y comenzaba a cruzar la calle hacia él cuado un jeep tomó la curva a toda velocidad y le atropelló. Realmente fue culpa de Harry y no del conductor. Murió antes de que llegara la ambulancia. Ni siquiera el dolor hizo que se olvidara de usted. Deseaba que yo me ocupara de usted cuando llegara. Que le compara un billete de vuelta. Aquí tiene la dirección de Cooler. Yo vivo en la zona rusa.”

Fue al teatro a despedirse de Anna Smith –rostro sincero, ojos y pelo castaño; una frente ancha y una boca grande que no pretendía hechizar. Ella le explicó que fue Cooler quien le llevó dinero de parte de Harry. Se lo pidió antes de morir. Parece que en el momento del accidente estaba rodeado de conocidos y amigos: Kurtz, el médico Winkler, Cooler, el conductor –que era también conocido.

Her Koch, un hombrecillo que trabajaba en una oficina sobre la plaza donde ocurrió el accidente de Harry, había sido testigo auditivo del frenazo del coche: “oí el frenazo y el patinazo y llegué hasta la ventana a tiempo de ver cómo traían el cuerpo a la casa. Estaba muerto. Miré directamente desde la ventada de aquí y vi su rostro. Sé cuando un hombre está muerto. Mire, en mi trabajo. Soy el jefe administrativo de una funeraria. Murió en el acto. Había tres personas que ayudaron a traer a su amigo hasta la casa. El chofer se quedó donde estaba, muy asustado.” Her Koch sólo se había fijado en el hombre del bisoñé. Los otros dos eran normales. Después le llevó al piso de Harry pues tenía la llave. El apartamento ya había sido limpiado. Los papeles habían sido retirados por Kurtz.

Al volver al hotel Sacher, después de entrevistar a Her Koch, encontró una nota desesperada de Crabbin que le pedía una reunión para decidir los temas de las dos conferencias previstas en Innsbruck y Salzburgo para la semana siguiente, y le anunciaba que le enviaría un coche a recogerlo a las 8.15 pues el coloquio tendría lugar a las 8.30 del día siguiente.

A las cinco del día siguiente fue a ver a Cooler, “un norteamericano de revueltos cabellos grises, un rostro bondadoso, preocupado y perspicaz, ese tipo de persona humanitaria que aparece en una epidemia de tifus, en una guerra… Llevaba el uniforme militar, comunas letras misteriosas en la galleta y sin galones de rango, aunque su criada le llamaba Coronel Cooler”. Cooler le contó: “fue algo terrible. Yo estaba empezando a cruzar la calle para acercarme a Hary. Él y el señor Kurtz estaban en la acera. Tal vez si yo no hubiera comenzado a cruzar él se hubiera quedado donde estaba. Pero me vio y vino hacia mí, y entonces aquel jeep… Sólo éramos tres: yo, el señor Kurtz y el coger. Y después el médico.” Martins le aseguró que un hombre, desde la ventana había visto tres hombres que transportaban a Harry, antes de que llegara el médico. Y ese hombre aseguró que Harry estaba ya muerto antes de que le llevaran a la casa. Cooler le explicó que él había ayudado a Harry con los papeles de su novia que en realidad era húngara de padre nazi y tenía miedo de que los rusos la fueran a coger. Desde la casa de Cooler se fue a casa de Anna Smith y con ella a visitar de nuevo a Her Koch. Cuando llegaron allí oyeron la noticia del asesinato de Koch. Se separaron y Martins pretendía volver a su habitación del hotel Sacher. Eran las nueve cuando un furgón le obligó a subir y le llevó hasta el instituto British Council donde un público selecto aguardaba al escritor Benjamín Dexter con una batería de prguntas sobre literatura inglesa y norteamericana. Pero Martins Rollo, Dexter era tan solo escritor de novelas de vaqueros y Crabbin sufrió mucho.

Calloway informó a Martins de todos los pormenores de la muerte de Her Koch y de las consecuencias del tráfico ilegal y de la adulteración de la Penicilina. Martins pensó que sería bueno comunicarle todo a su novia Anne. Y se encaminó hacia su casa a las tres de la madrugada. Al salir de la casa de Anne vio a un hombre en el que le pareció reconocer a Harry Lime. Le siguió por las calles de Viena y le perdió detrás de una columna. Anna fue visitada por una patrulla con cuatro soldados, uno de cada uno de los sectores de Viena. Le pidieron papeles y estuvieron a punto de detenerla. La intervención del americano la salvo en el último momento. Calloway le explicó la red de alcantarillado que recorre el subsuelo de Viena y cuyas columnas emergen con puertas de acceso en sus laterales. Y le propuso a Martins que cooperase en la detención de Harry Lime.

Así Martins viajó a la parte rusa de Viena donde se entrevistaría con Harry.
Fue a ver a Kurtz y allí estaba también el doctor Winkler. Les pidió que dijeran a Harry que esperaría en el Prater a las seis. Llegó Harry y se subieron en la noria. Harry propuso a Martins que tomase parte en el negocio del tráfico ilegal de la penicilina.

Calloway informa a Martins de que van a exhumar el cadáver del supuesto Martins y le pide que colabore con ellos pidiendo a Harry una cita en un café cerca de una de las salidas del alcantarillado. Harry llega pero advierte que se trata de una encerrona y huye de nuevo por el alcantarillado. La policía le persigue y acorrala. Antes de morir dispara y mata a un policía. Martins le dispara y le deja malherido. Tiene que rematarlo para evitar que sufra más.

Imagen de tajamata

Una curiosidad dentro de la obra del autor,ya que el librito se escribió para ser el futuro guión de una película,y se nota: la arquitectura de la obra se encuentra presente,pero falta el desarrollo,como si el autor tuviera prisa,no queriendose entretener en los caracteres psicológicos y morales de los personajes ni en las descripciones de una sociedad desecha que lucha deseperadamente por encontrar un lugar en el mundo. Creo que el tema es apasionante y el planteamiento de Greene acertado;una pena que se quede tan en la superficie. Con todo,muy agradable de leer y en ningun caso, a mi juicio desmerece de la película.