¿Examen de conciencia?

 

Con el paso de los siglos, es más necesario que nunca volver a las fuentes originales del cristianismo y a la vida y escritos de los primeros cristianos y a los conceptos clásicos de la Tradición cristiana ascética católica, para darles nueva vida y adecuarlos a las cambiantes situaciones culturales de nuestro tiempo.

Entre las muchas obras del historiador e investigador francés Michel de Certeau (1925-1986), hay un trabajo sobre el que deseamos volver, pues es significativo de cómo ya en la propia historia, se encuentran ejemplos concretos de muchos momentos y ocasiones, en donde se ha realizado con toda naturalidad la tarea que comentábamos al comienzo: revisar, actualizar y revitalizar nuestra fe para que nuestro amor a Jesucristo y a los demás permanezca fresco.

En concreto, deseamos traer a colación ahora un curioso trabajo de investigación que nuestro autor ha incluido en este delicioso volumen, que versa sobre la vida y santidad de vida de los miembros de la Compañía de Jesús en sus inicios, es decir, en los siglos XVI y XVII.

Transcurrían los tiempos de gobierno del Prepósito General de la Compañía, Aquaviva, cuando no habían pasado muchos años, de la muerte del Fundador, san Ignacio de Loyola (1556), se plantearon realizar un estudio sobre el estado de la Compañía, es decir, lo que ahora llamarían los empresarios una auditoría.

En efecto, en 1585, el Prepósito encargó a uno de sus más cercanos colaboradores, Lorenzo Maggio, que elaborara una extensa memoria sobre los posibles errores, sus causas y los posibles remedios. La conclusión es muy interesante: “la urgencia de la formación en la oración” (154).

Es pues muy interesante que una Institución de la Iglesia Católica, del siglo XVI, en este caso la Compañía de Jesús, llena de pujanza como muchas otras que, sin duda habría en la España del siglo XVI, se plantee como ser más fiel al carisma recibido y, asimismo, es mucho más interesante que la conclusión sea tan profunda: volver a la vida de oración.

En estos cuarenta días de confinamiento al que hemos sido sometidos, la conclusión sea la que el Santo Padre Francisco nos ha propuesto en este domingo de la divina misericordia, como cualquier otro momento importante de nuestra vida: volver a la vida de oración, valorar a la Santa Misa, desear recibir los sacramentos, unirnos a las oraciones del santo Padre por todos los que sufren la pandemia en el mundo entero.

Lógicamente, lo que se plantearon los jesuitas como corporación, nos lo hemos de plantear también nosotros como fieles cristianos y, lo que sería una auditoria para una institución, se convierte en algo tan sencillo e importante como el examen de conciencia de nuestra vida. La evaluación de nuestro amor a Dios y a los demás.

José Carlos Martín de la Hoz

Michel de Certeau, Il luego dell’ altro. Storia religiosa e mistica, ed. Jaca book, Milano 2018, 363 pp.