El itinerario intelectual del cardenal inglés Henry Newman (1801-1890), coincide en gran parte con el recorrido de su trayectoria espiritual pues, en su caso, Dios quiso unir el amor a la verdad y la búsqueda incesante de la misma con el encuentro personal con Jesucristo.

De hecho, su conversión e incorporación a la Iglesia Católica en 1845, supuso un paso de gran importancia y entrega personal en su camino de santidad y en la apreciación de la Iglesia Católica como verdadero lugar de Fe, Escritura, magisterio y de tradición.

La entrada de Newman en la Iglesia Católica, narrada extensamente en la biografía novelada titulada, “perder y ganar”, se introduce mediante un ejemplo muy sencillo y a la vez profundo: “en aguas poco profundas todo se ve muy claro, pero en cuanto se avanza y se entra en alta mar, ya no se ve el fondo”. Así pues, Dios le pidió, como a todos, un acto de Fe y de abandono en sus manos, después de haber estudiado y descubierto que la Iglesia Católica había sido fiel al tesoro de la revelación entregado por Jesucristo a Pedro y a los apóstoles.

El futuro sacerdote y cardenal Newman llegará pues a la Iglesia Católica con el afán de aportar nuevas visiones y sobre todo de confirmar teológicamente el itinerario de su descubrimiento completo del cristianismo, mediante la vuelta a los padres.

Precisamente el Movimiento de Oxford pretendía estudiar el desarrollo del cristianismo desde los Orígenes hasta la actualidad para comprobar si se había producido algún desvío o no desde la fuente original. La conclusión de esa investigación puede encontrarse en el “Ensayo sobre el desarrollo de la doctrina cristiana” (1845) del cardenal Newman, donde demuestra que la Iglesia Católica había sido fiel, aunque hubiera habido errores en las personas.

Precisamente una de las aportaciones de Newman que llegará al concilio Vaticano Segundo en la constitución Dei Verbum muestra esa tradición viva De la Iglesia de hoy, una fidelidad en avance. Relación entre historicidad, inmutabilidad y verdad aplicada a cada generación.

Así pues, Newman terminará por fortalecer el concepto de Iglesia como comunidad viva, animada y sostenida por el Espíritu Santo que la ilumina en la fe auténtica y en la aplicación a los problemas contemporáneos.

Finalmente, hemos de hacer referencia a la cuestión de la conciencia como regla próxima de moralidad, al estudio de la formación de la conciencia y a la importancia de la unidad de vida y la coherencia cristiana, que desde Moro estaba apuntado en el mundo intelectual inglés.

José Carlos Martín de la Hoz

Henry Newman, Perder y ganar, ediciones encuentro, Madrid 2017, 408 pp.