Juan Pablo II y la Compañía

 

La pregunta indudable que se plantea a todo el mundo al terminar de leer el extenso y documentado trabajo del profesor de Historia de la Iglesia Módena, Gianni La Bella que ahora presentamos, donde se ofrece un detenido estudio de investigación muy bien documentado, sobre la vida de la Compañia de Jesús  desde el Concilio Vaticano II hasta el Pontificado del papa Francisco y que ha sido uno de los grandes éxitos editoriales de los últimos años, es. ¿Adónde condujo la Compañía el papa juan Pablo II?.

La primera parte del trabajo recorrerá la vida del generalato del padre Arrupe, los problemas que brotraron en la Compañía como en tantos lugares de la cristiandad por el fenómeno de la contestación que afectó a una institución de vanguardia como la Compañía y áun con más motivo pues se  habían centrado en centramérica donde tuvo lugar la eclosión de la teología de la liberación a la vez que la puesta en práctica de la Congregación XXXII que había propiciado la defensa de la justicia.

Así pues, al término de la primera parte de la lectura del trabajo, parece que se puede volver a hablar de una unidad de acción, ilusión y vigorización en la Compañía sobre la que Secretaría de Estado en 1974 tendría dudas y preocupaciones importantes (146).

Es indudable que este nuevo trabajo se detiene a explicar, en la segunda parte, en primer lugar la intervención de Juan Pablo II de la Compañía  de Jesús en 1981 para que el cardenal jesuita Dezza pudiera, como delegado del papa, preparar con los órganos de gobierno de la Compañía la Congregación XXXIII.

Las aguas fueran encauzándose aprovechando los abundantes frutos del trabajo del padre Arrupe, cuyo proceso de beatificación está avanzando con gran intensidad.  De modo que el nuevo Prepósito de la Compañia continuara la tradfición inveterada de fidelidad a la Iglesia.

Desde la elección del Padre Kolvenbach como Prepósito de la Compañía parece como si las aguas fueran volviendo poco a poco a su cauce, De hecho él mismo afirmaba con gran sencillez: “la consolidación dinámica de la orden a través del restablecimiento de sus estructuras tradicionales de gobierno, sin cambiar de rumbo” (235).

Asimismo, el profesor La Bella al llevar su obra hasta nuestros días, buscará mostrar que la paciencia y mesura de Padre Arrupe habría propiciado el que muchos jesuitas desorientados y buscadores de caminos nuevos terminaran centrándose en su vocación  y en la profundización de la teología acorde con la dignidad de la persona humana.

Inmediatamente, el nuevo General empezó a viajar a escribir cartas, estudiar la documentación, reorganizar el gobierno y traer a Roma a nuevos colaboradores eficaces que le ayudaran en la toma de decisiones. Un estilo sosegado, profundo, menos carismático pero muy importante por los años de turbulencia pasados.

Juntamente, los temas de preocupación que fueron acometiendo en nuevas Congregaciones, fueron girando como el Espíritu Santo fue poniendo en sus corazones: Oriente Medio, el problema del Islam, el ateismo creciente en Europa los problemas de las guerras y de las colonización en Africa, las corriente migratorias.

Asimismo, tiuvieron momentos de gran tensión como el asesinato de Ellacuría y otros jesuitas en el Salvador junto con la muerte a tiros poco tiempo después de Monseñor Ioromero el Arzobispo. Tensisiones que no hicieroin cejar al magisterio de la Iglesia y a la Compañía a no confundir la teología de la liberación con el verdadero camino de la paz, progreso y del desarrollo..

José Carlos Martín de la Hoz

Gianni La Bella, Los jesuitas, del Vaticano II al papa Francisco, ediciones Mensajero, Bilbao 2019, 463 pp.