La actualidad de Spinoza

 

Es verdaderamente llamativo que la figura y la obra filosófica de Baruc Spinoza siga aumentando más y más en su difusión, tanto en congresos como en investigaciones y publicaciones. Parece como si algunos intelectuales hubieran hecho causa común y quisieran presentar el panteísmo como una solución para paliar la actual crisis religiosa en el mundo occidental.

En este caso es el profesor Pierre-François Moreau, de la Universidad de Lyon en Francia, quien nos presenta un estudio sobre Spinoza y, en concreto, sobre algunos aspectos de la filosofía, la  física y el ateísmo en nuestro autor.

En primer lugar, se referirá a que Spinoza, hombre avezado en las disputas teológicas y filosóficas, pues fue expulsado de la Sinagoga y, además, acabó refugiado en un país vecino, para evitar que nadie disturbara su quehacer intelectual, concentrado en la elaboración de su “Tractatus”, de ahí que afirmara: “lo verdadero dispensa la refutación de lo falso” (50). Por tanto, se concentrará en la exposición pormenorizada de sus teorías sin entretenerse en refutar otras opiniones.

En esto lógicamente hay una excepción y es la distinción que desea hacer de su maestro, si la ocasión lo merece y siempre con la debida prudencia: “Spinoza refuta a Descartes -y simultáneamente a Bacon- mediante un argumento que es bastante común entre las filas de los nuevos filósofos -el rechazo nominalista de la existencia separada de los universales- se ofrece a si mismo, pues, todas las posibilidades de ser entendido por el lector al que se dirige -o más bien por los lectores a los que se dirige- si es que la carta debe circular” (51).

Es lógico que ahora nos detengamos en el posible ateísmo de Spinoza que es perfectamente compatible con su panteísmo y el concepto de Dios y de las relaciones del hombre con Dios (73). En primer lugar nuestro autor afirmará que ese ateísmo es extrínseco: “puesto que el propio Spinoza no se lo plantea a si mismo, aun cuando en ocasiones es llevado a tratarlo” (74). Es claro que cuanto más se defendía de esa acusación más era reiterada, pues se había creado un clima según el cual “la filosofía de Descartes conduce al ateísmo de Spinoza” (75).

Indudablemente, la teoría de la sustancia de Spinoza no deja mucho lugar a la existencia de Dios y menos de un Dios personal. De todas formas, otros autores afirman que en realidad para Spinoza es todo Dios, de ahí la crítica de Hegel de que falta la necesaria individualidad y más para un nominalista (76). En cualquier caso Spinoza no contempla la mediación de Jesucristo clásica en la teología católica, por lo que tendrá que recibir humildemente ese calificativo (83).

Es interesante la consideración final de nuestro autor: “en torno a 1800, un ateo es aquel que no se plantea la cuestión del caos o de lo absoluto, mientras que en el siglo XVII es ateo quien no se plantea la cuestión del mal (84).

José Carlos Martín de la Hoz

Pierre-François Moreau, Spinoza. Filosofía, física y ateísmo, ediciones A. Machado, Madrid 2021, 268 pp.

Comentarios

Imagen de enc

Es imposible entender esto para quien no se haya dedicado a la filosofía, pero sabemos que de las ideas más abstrusas se hacen derivar consecuencias de lo más concreto y desagradable. Es interesante la apreciación de que más vale afirmar el pensamiento propio -cuando se tiene- que andar refutando las ideas de uno y del otro.