La fe como provocación

El mundo no creyente es tan mediático que algunos

pueden pensar que eso es todo lo que hay. Sin embargo la mayor parte de las

personas que conozco creen. La mayoría cree en Dios. De esa mayoría, la mayoría

cree en Jesucristo. Lo que pasa es que una mayoría de esa mayoría vive, de

hecho, lejos de la religión. Seguramente sólo porque no se lleva. Dice poco de

un creyente que se arrugue ante el ambiente agnóstico, pero es así.

 

Ateos no tenemos. Mire usted, no nos quedan. Aunque

no sea más que por no estar dispuestos a argumentar; que eso es un lío. Eso

supone un esfuerzo intelectual, y no merece la pena. Porque quien quiere

oírles…

 

En definitiva, lo que más tenemos es una suerte de

inertes intelectuales que viven del partido del domingo y de las series

sentimentales. Y los pocos que leen, leen básicamente el bodrio de turno, lleno

de procacidades y ataques infundados a la Iglesia. A todo este personal, que ni

siquiera le interesa lo que dicen los políticos en campaña electoral, porque ya

tienen decisión formada, de aquella manera, no le interesa la fe, ni las

creencias. Total, para qué.

 

Sin embargo se molestan cuando otros creen. Mira, si

eres del Madrid o del Barça allá tú, pero no me vengas con que tú eres un

católico ferviente, porque por ahí no paso. ¿Por qué será que al no creyente le

molesta el creyente?

 

Lo que más me gusta de la sociedad española de ahora,

es ese resto minoritario, aunque no tanto, que pasea su convicción cristiana

con una elegancia arrebatadora. Esa gente, jóvenes sobre todo, que reflejan, en

su sonrisa amplia y franca, una vida consistente, de exigencia diaria, de

coherencia ardua.

 

Esas madres que pasean su pandilla bien numerosa de

críos encantadores, que son un insulto perpetuo a la languidez del alelado de

televisión, solterón por diversión, que gasta más en su salidas nocturnas que

aquella señora en todos sus niños juntos. Molesta; les chirrían los dientes

contemplar la generosidad. No por nada sino por su egoísmo impulsivo y

desmedido.

 

No es que piense yo que haya que tensar el ambiente,

pero me gusta esa provocación al dormido agnóstico vividor, que sólo existe

para el finde, porque para él no tiene aliciente ni la familia -si la tuviera-

ni el trabajo, que únicamente le sirve para enriquecerse. Son la encarnación

más certera del  espantapájaros, del

hombre o mujer fatuos y vacíos, que no llegan ni a ateos.

 

Les viene bien un poco de provocación. Seguramente es

la única manera de que algún día lleguen a pensar. Ya sé que no es tarea fácil,

pero podríamos conseguirlo. Lo consiguen todos esos cristianos auténticos, que

en su vida, en su actitud, en su estilo, están mostrando la verdad del ser

cristiano.

 

Ángel Cabrero Ugarte

 

Emitido en Intereconomía el 22 de febrero de 2008, a las

20,15

 

 

Para leer más

 

Collins, F.S. (2007)
href="http://www.clubdellector.com/fichalibro.php?idlibro=6849">¿Cómo habla Dios?,


Madrid, Temas de hoy

Puig, V. (2007)
href="http://www.clubdellector.com/fichalibro.php?idlibro=6777">La fe de

nuestros padres
, Península

Cruz Moreno, G. (2007)
href="http://www.clubdellector.com/fichalibro.php?idlibro=6390">Entre la nada y

la vida
, Madrid, Rialp

Borghese, A. (2007)
href="http://www.clubdellector.com/fichalibro.php?idlibro=6105">Sed de Dios
,

Madrid, Rialp