La invención de occidente

 

La vocación marinera de España y Portugal a lo largo de los siglos XV y XVI terminaron por crear el concepto de “occidente”, de “cultura occidental” y de lograr convertir América, África y Asia en verdaderas colonias de la verdadera metrópoli occidental que era Europa.

Las sucesivas navegaciones por el océano Atlántico lograron invertir la perspectiva de la cuenca del mediterráneo por el de la cuenca del Atlántico para luego realizar tanto por el oriente como por el occidente sucesivas vueltas al mundo de modo que la cartografía mundial que se elaboró en esos siglos terminó por centrarse en la cultura occidental.

Es muy interesante que las características que atribuye nuestro autor al almirante Cristóbal Colón descubridor de América en 1492: “habilidad, valor y cálculo” (102), podríamos atribuirla a otros muchos navegantes de aquella época que lograron gestas impresionantes, como Juan Sebastián Elcano quien dio la vuelta al mundo por primera vez en la historia.

Este magnífico trabajo realizado por el historiador de la navegación y descubrimientos Alessandro Vanolli, refleja muy bien cómo en la interpretación de las estrellas, el magnetismo de la brújula, las cartas de navegación multiplicaron los éxitos de nuestros navegantes, pues “los asuntos humanos y divinos se mezclan “(23).

Antes de atreverse a surcar el océano Atlántico había que haber aprendido mucho de la rosa de los vientos, de las corrientes marinas, de las cartas de navegación y la trigonometría para saber dónde estaban en cada momento (83).

Indudablemente las rutas marítimas con las que surcaron los mares y océanos, con sus corrientes y sus vientos pasaron a las cartas de navegación y a los mapas geográficos. Todo ello propició las rutas comerciales y las migraciones, por tanto el mundo se ha hecho más y más global (85).

Como recuerda la historia el 12 de octubre de 1492 el “Almirante Colón descendió de la nave con sus dos comandantes Martín Alonso Pinzón y Vicente Yáñez Pinzón, se desplegó la bandera real y dos banderas con la cruz verde: el almirante tomó posesión de dicha isla en nombre del rey, de la reina, sus señores…mientras, a su lado, un grupo de hombres desnudos lo miraban incrédulos” (105).

Evidentemente, como muy bien expresa nuestro autor los tratados entre España y Portugal para repartirse el mundo se fundamentaban en sus expediciones y conquistas, pero sobre todo en la cartografía y descubrimientos que realizaban y, finalmente, en la imprenta que lo plasmaba en mapas cada vez más detallaos con que todo terminaba de plasmarse y reconocerse físicamente (177).

José Carlos Martín de la Hoz

Alessandro Vanoli, La invención de Occidente. España, Portugal y el nacimiento de una cultura, El Ático de los libros, Madrid 2025, 303 pp.