Peregrinos del absoluto

 

El profesor, ensayista y escritor Rafael Narbona (1963) ha publicado quizás su libro más audaz; puesto que se ha adentrado, nada menos, que por los caminos de la mística, eso sí, de la mano de los grandes clásicos medievales y modernos hasta rastrear concienzudamente el siglo XX y de ese modo poder aportar ejemplos actuales, concretos y vivos de la experiencia mística.

Lógicamente, la trama de fondo de este trabajo lo constituye la afirmación de Karl Rhaner tantas veces repetida en el final del siglo XX:, cuando el teólogo jesuita afirmaba que el siglo XXI o sería místico o no sería. Es decir, que habría llegado el momento de una nueva época de la visión de Dios en este mundo y del trato íntimo con Él o el mundo habrá desaparecido junto a la concomitante muerte de Dios.

En los primeros pasajes de la obra hay unas ricas referencias al camino de la conversión de Edith Stein y por tanto a la teología de la cruz, con un fantástico ensamblaje de la carmelita alemana y judía conversa tras la lectura del libro de la vida de santa Teresa de Ávila: “Teresona de Castilla”.

Verdaderamente, como tratado de teología espiritual la obra que presentamos deja muchas lagunas por rellenar, aunque hay que reconocer el esfuerzo envidiable del autor por adentrarse en una materia tan compleja y rica.

Como ensayo literario y escriturístico, la obra tiene mucha categoría y asombrará al lector poco versado en temas de religión y mística, pues evidentemente literariamente san Juan de la Cruz o el maestro Eckhart son también una maravilla de las letras, además de guías hacía el centro del alma o maestros del recogimiento interior hasta “dejar la casa sosegada”.

La primera pregunta que se planteará nuestro autor no deja de ser sorprendente: ¿Puede haber fenómenos místicos fuera de la Religión revelada? (16) Es interesante que responda inmediatamente con un no, puesto que a lo largo de la historia ha ido rastreando la misma pregunta en las diversas religiones e incluso en el agnosticismo o animismo de las recónditas tribus africanas. De modo que sabe distinguir entre fenómeno místico y fenómeno paranormal

Verdaderamente, la definición de mística de la que parte el autor, puede parecer reduccionista, pero a la postre resulta mucho más eficaz pues responde a los conceptos de belleza, verdad, bondad y bien, inherentes a Dios (17).

Así pues, nuestro autor define la mística como una iniciativa por parte de Dios que es quien entra en contacto con el hombre, lo cual nos está hablando de una cierta preparación interior, pues para poder captar una experiencia mística se empieza por valorarla como un don de Dios para la persona y encaminada a su felicidad terrena y su salvación (17). Asimismo, recordará que la mística es profundamente cristológica, pues  la humanidad santísima de Cristo es el puente con lo sobrenatural (21, 25).

José Carlos Martin de la Hoz

Rafael Narbona, Peregrinos del absoluto. La experiencia mística, ediciones Taugenit, Madrid 2020, 204 pp.