En conversaciones o en tertulias con amigos lectores, nos preguntamos a veces sobre los motivos que nos llevan a elegir determinado libro y a rechazar otros. Influyen sin duda la formación cultural y profesional, el ambiente en el que nos movemos, nuestros gustos y afinidades, el consejo de alguien que nos merece confianza, una reseña en la prensa…; motivos que cada uno podrá descubrir y analizar. Pero, en ocasiones, lo que nos mueve a determinada elección son cuestiones más subjetivas e incluso poco razonables o más bien absurdas. Considero a Luis Rosales, por poner un ejemplo, un gran poeta y he leído casi todos sus libros, pero de entrada lo que me atrajo fue el nombre, no sé por qué. Con Herman Heese, me ha ocurrido lo contrario y no he leído nada de él hasta la fecha. En otras ocasiones, ha sido el título o simplemente la portada lo que ha servido de reclamo.

Esto último, me pasó cuando vi, hace algunos meses, en las estanterías de una de las librerías madrileñas que frecuento, La familia Karnowsky (Acantilado). De entrada, me atrajeron el título y la portada. Después me fijé en el autor y ojeé el libro. En las solapas, descubrí que Israel Yohosua Singer era hermano de Isaac Bashevis Singer, premio Nobel, gran escritor, del que he leído obras importantes como Un día de placer, La familia Moskat, Sombras sobre el Hudson o El esclavo. Tomé buena nota, e incluso, antes de leer la novela, aconsejé a un amigo que lo hiciera y me dijo semanas después que le había gustado mucho y observé que la citaba en su último libro sobre pedagogía.

Hace unas semanas, he podido al fin coger el texto y leerlo. Una densa novela sobre tres generaciones de una familia judía procedente de Polonia, afincada después en Alemania, antes de la Gran Guerra, y que ha de huir a Estados Unidos cuando llega el nazismo.  Una historia llena de matices, con una magnífica descripción de situaciones, de ambientes y con gran variedad de personajes, que resultan vivos, con sus pasiones, sus virtudes, sus flaquezas, sus penas y alegrías... Un libro para leer con pausa, un libro que casi duele que se termine, pues el autor logra que sintamos como propios los avatares de los protagonistas. Además, plasma muy bien la tensión entre tradición y nuevas costumbres en las familias judías, así como el atractivo que la vistosidad de la propaganda de los nazis ejerció en el ambiente de la Alemania de entreguerras, especialmente en la juventud, y el contraste con la caótica y vitalista realidad neoyorkina. Un buen libro para las vacaciones.

 

Luis Ramoneda  

Israel Yohosua Singer. La familia Karnowsky (Acantilado). 2015