Recogida la Cruz para la JMJ 2011



Los
jóvenes españoles han recibido de los australianos la Cruz de la JMJ 2011en una
ceremonia con Benedicto XVI . En la plaza de San Pedro
se ha coreado «¡España con el Papa!» y
«¡Be-ne-det-to!», al ritmo futbolero acuñado por aquel millón de jóvenes en
Colonia el verano de 2005. Falta hace demostrar la unión y el cariño con el
Papa, cuando le atacan a diestra y sobre todo a siniestra.


Universalidad de la Cruz


Benedicto
XVI nos habla de universalidad como superación de los estrechos horizontes del
egoísmo y de las ideologías: «La universalidad y la Cruz van juntas. Sólo así
se crea la paz», les ha dicho. Y añadía una confidencia, como quien lo tiene
bien experimentado: «los momentos en que he dicho "sí" a una renuncia han sido
los momentos más grandes y mas importantes de mi vida
».


Si muchos
prefieren estrechar su mente y su corazón desterrando a Dios de sus vidas y
guerrean para expulsar el crucifijo de la sociedad, son muchos más quienes
ganan universalidad al mirar la Cruz. El tristemente famoso colegio Macías
Picabea de Valladolid ha retirado estos días los crucifijos con prisa como un
oficio de tinieblas antes de que llegue la Cruz del Viernes Santo,  celebrado y respetado por muchos millones de
creyentes en todo el mundo. Esa aversión a la Cruz es como una gota en el
océano de veneración al Crucificado en las procesiones, que van a más de año en
año, para vergüenza de quienes atacaban la religiosidad popular.


Se cumplen
además cinco años del estreno de la película La Pasión de Cristo, de Mel Gibson,
que vieron más de 200 millones de personas en todo el mundo en el primer
momento, y seguimos viéndola en los hogares.


La película de la Pasión


En
estos años, la película sobre la Pasión del Señor ha conmovido el ambiente y, salvando
las distancias, también es signo de contradicción. A nadie deja indiferente
porque anda muy cerca de los Evangelios. Muchos espectadores, creyentes o no
creyentes, están conmovidos por unas imágenes muy realistas que fuerzan a
preguntarse muchas cosas. ¿Por qué
Jesús eligió la cruz, o acaso no la
eligió?, ¿hacía falta tanto sufrimiento?, ¿soy yo responsable en alguna medida
del sufrimiento de Cristo?


A
los cinco años esta película sobre las doce últimas horas de
Jesús sigue enfrentándonos  con el núcleo duro de la Redención, con el
precio pagado voluntariamente por
Jesucristo para que los hombres seamos
felices y nos lleva a dirigir la mirada profunda a la Cruz de Cristo, y a
meditar los Evangelios, de arriba abajo, para encontrar de nuevo a
Jesucristo Redentor del hombre. Porque su
vida no termina en la Cruz salvadora sino en su Ascensión gloriosa a los cielos
para interceder siempre por nosotros. Sólo entonces está completo el mensaje de
la Cruz, se gana en universalidad y se está en condiciones de comunicar paz,
como acaba de recordar Benedicto XVI a los jóvenes que han recibido en Roma la
Cruz de la JMJ 2011.


 


Jesús
Ortiz López.


Doctor
en Derecho Canónico