6 Relatos ejemplares 6

Con la venida del cisma luterano el orbe mediterráneo-católico asume de manera inconsciente el discurso de supremacía moral que impone el norte protestante. De este modo palabras como «libertad», «tolerancia», «ciencia» y «Reforma» quedan de un lado y en el otro, como una imagen especular en negativo «opresión», «intolerancia», «fanatismo» y, vaya por Dios, «Contrarreforma». Desde un principio se perdió la batalla más importante, la del lenguaje, y entre sus armas se contó con la propaganda, nuevo artefacto crucial para entender la civilización occidental en el último medio milenio.

Los seis relatos aquí reunidos tienen como trasfondo el mundo protestante en diversas épocas y lugares de Europa. La autora ha escogido seis momentos entre cientos posibles que sirven de contrapunto a esa visión monolítica impuesta desde el cisma y en la que el orbe mediterráneo quedó descrito ;hasta la actualidad; como el Demonio del Mediodía. En ellos veremos desfilar personajes anónimos y nombres como Lutero, Ana de Sajonia, Calvino, Felipe Guillermo de Orange-Nassau, primogénito de Guillermo de Orange, o el mismo William Shakespeare.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2018 Siruela
200
978-84-17308-86-5
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1.- Ana de Sajonia

Es la segunda esposa de Guillermo de Orange (1533-1584). Ana era la rica heredera de Sajonia, Hesse y el Palatinado. El relato se centra sobre su desgraciado final cuando Guillermo, para divorciarse de ella en 1571 y quedarse con la dote, consigue desacreditarla socialmente como adúltera y demente.

Roca Barea ha indagado en busca de testimonios que corroboren o no la mala conducta de Anna. El testimonio de Théodore de Bèze, una carta, en la que se dice que no ha encontrado evidencia de la conducta adúltera de Ana demuestra la catadura moral de Guillermo de Orange. Conviene puntualizar que Théodore de Bèze es el calvinista que sucederá al propio Calvino y que en 1573 el propio Guillermo de Orange se había convertido al calvinismo.

Lo que la escritora pretende es demostrar la deslealtad del esposo, Guillermo de Orange y su desmedida ambición por la riqueza. Guillermo de Orange, de educación protestante, a los 11 años, en 1544, recibe la herencia de un primo fallecido sin descendencia, Renato Châlon, príncipe de Orange y dueño de extensas propiedades en los Países Bajos. El emperador Carlos V acepta ser su tutor a condición de que reciba formación católica.

En 1551 se casó con Ana de Egmond-Buren y, como dote, recibe los títulos de Señor de Egmond y conde de Buren. Carlos V le nombra comandante de caballería a los 22 años. con Ana Egmond-Buren tendrá una hija y un hijo, María y Felipe Guillermo, protagonistas del relato “Las campanas de Breda”.

En 1555, El emperador Carlos V abdica en su hijo Felipe II y Margarita de Austria y Parma, hija bastarda de Carlos V, es la nueva regente en los Países Bajos. Guillermo forma parte del Consejo de Estado.

Fallecida su primera esposa se casa con Ana de Sajonia en 1561 con la que tendrá varios hijos, entre ellos Mauricio de Orange. Esta esposa es sobre la que se construye el primer relato.

Guillermo se casará con otras dos esposas: Carlota Borbon-Montpensier y Luisa de Coligny. En 1584 morirá asesinado en Delft.

Elvira Roca Barea escribe en Imperofobia y leyenda negra, página 241, “En fecha tan temprana como 1566, Orange solicita el apoyo de los turcos. Todavía en este tiempo Orange se proclama con insistencia súbdito leal de Felipe II. Por otra parte, en carta a los rebeldes, Suleimán afirma sentirse muy cerca de ellos porque tienen mucho en común no adoran ídolos creen en un solo Dios, y lucha contra el Papa y el emperador de los cristianos”. (Suleimán II toma Budapest, capital de Hungría en 1566, tras el intento fallido de sitiar Viena en 1542. Felipe II aúna las fuerzas navales de Europa y le vence en Lepanto en 1571). Guillermo de Orange parece que no solo no fue leal en su vida personal. También en el desempeño de la política.

 

2.- Doce apóstoles

Este relato puede datarse en 1525. Hay dos hechos de la vida de Martín Lutero, que así lo confirman: su boda con la monja Catalina y la revuelta de campesinos que tuvo lugar entre 1524-1525.

El relato comienza con el paseo por la muralla de Wittenberg de una dama y su criada. Desde la muralla la dama reconoce su suerte porque habiendo sido una monja ante la imposibilidad de que noble alguno la pretendiese por carecer de dote, ha encontrado finalmente a alguien que la lleva a vivir a una gran casa, el antiguo convento de los agustinos, confiscado por los luteranos.

Por otro lado, conocemos a la familia de un ebanista, cuyo tercer hijo, Stephanus, de 17 años, antiguo novicio del mencionado convento de agustinos regresa a su casa. Stephanus es un joven idealista que inflamado por los nuevos predicadores decide escapar de su casa para atender a los mendigos y necesitados que se agolpan en las calles de una ciudad vecina de Wittenberg, Frakenhausen, a la que llegan los sublevados de los siervos de la gleba de los territorios alemanes.

Los siervos de la gleba era el estatus en el que vivían los trabajadores de las tierras en el régimen feudal. No tenían derecho alguno y eran transferidos con el título de la tierra.

Al calor de las predicaciones de los luteranos, los siervos de la gleba creyeron llegado el momento de sacudirse el yugo de su esclavitud.

Este relato nos presenta la gran distancia que existe entre lo que los luteranos predicaban y la realidad pues el propio Lutero escribe “Contra los campesinos asaltantes y asesinos” y justifica la utilización de la maquinaria de guerra contra ellos según lo narrado por el joven Stephanus quien muere en la batalla.

El relato parece estar contenido en la duración del paseo de la dama y su criada con las que comienza y que se trata de Catalina de Bora, monja con la que Lutero se casa en 1525 y a quien lleva a vivir al antiguo convento de agustinos, del que había salido Lutero unos años antes. Ahora es la casa familiar de Lutero.

3.- Non angli, sed angeli

Elvira Roca Barea nos habla de un William Shakespeare (1564-1616) cripto-católico. Y lo sitúa en la ciudad de Verona a donde ha llegado buscando inspiración para su teatro. Se extasía ante el balcón de Julieta concentrado de tal suerte en la escritura de la tragedia homónima que no se percata de que el balcón pertenece a un burdel. El clima de libertad que existe en la sociedad veronesa contrasta con el obsesivo control de la conducta social propia de Inglaterra, parangón del contraste entre la alegre comedia en la que se desenvuelven Shakespeare, Julio, el hermano de Julio, Salvatore, y la mujer de este último y la tragedia shakesperiana Romeo y Julieta.

4.- El sembrador de peste

Llegó Calvino a Ginebra e impuso su autoridad moral predicando la caridad, la justicia y señalando acusatoriamente a aquellos que él juzgaba ladrones o de mal proceder. Poco a poco los ginebrinos entendieron que aquel que acusaba y descubría a los que robaban tal vez era un hombre honrado y así le permitieron el acceso al consejo de gobierno de la ciudad. Calvino consiguió erradicar las “malas costumbres”,  a la par que generaba tensiones. Y la alegría de la Ginebra comercial desapareció. Los castigos eran brutales. El propio obispo de Ginebra decidió trasladarse a Lyon, a la espera de que los ciudadanos recobrasen la cordura. Pero las autoridades animaban a los ciudadanos a participar del robo de los bienes de la iglesia. Si todos participaban no se podría retornar a la situación previa.

Todo quedó bien disipado cuando, uno por uno, los nuevos predicadores de la nueva fe se evaporaron con la llegada de la peste. Murieron los sacerdotes y monjas católicos que se quedaron a atender a los enfermos.

Todo esto lo cuenta el hijo menor del panadero, fraile franciscano, que está dispuesto a volver a la ciudad enterado de que su madre se encuentra moribunda. Y tras la muerte de ella, está dispuesto a entregar su vida ayudando a otros apestados.

5.- Campanas de Breda.

Elvira Roca Barea afirma que la guerra de los ochenta años, en los Países Bajos, en realidad se trató de una guerra civil. Para ello citamos aquí un párrafo de Imperofobia y leyenda negra, página 239:

“En 1573 hay en Flandes 54.300 soldados al mando del duque de Alba. De ellos solo 7.900 son españoles y unos 30.000 eran flamencos. El ejército de Alejandro Farnesio en 1581 se componía de unos 60.000 hombres. De ellos solo 6.300 eran españoles, 5.000 italianos y 48.000 holandeses. No solo eran mayoritariamente flamencos los soldados, sino también los capitanes.” Son pues los soldados flamencos los que cobran por controlar la situación. Precisamente, las soldadas y los gastos de la guerra son la principal causa de la quiebra en tiempos de Felipe II.

Elvira continúa preguntándose de dónde provenía el dinero que respaldaba al ejército de Guillermo de Orange. De Francia, de Inglaterra y de algunos príncipes alemanes que apoyaban a Guillermo de Orange y que no querían un imperio tan extenso y poderoso en sus puertas.

La reina Isabel I de Inglaterra apoyaba a los 200 mendigos de la Liga del mar quienes, con sus 24 embarcaciones tacaban a los barcos en el canal de la Mancha sin hacer distinciones de nacionalidades. Tenían su base en el puerto inglés de Dover, pero llegaron a perjudicar el comercio. Así que Isabel I se los envió a Guillermo de Orange como mercenarios. Los mendigos del mar constituyeron una fuerza de choque contra los tercios españoles.

Las brumas de los pantanos acabaron con la salud de Juan de Austria, de Luis de Riquens y con la de Felipe Guillermo de Orange, hijo de Guillermo de Orange y de la primera mujer Ana Egmond—Buren. Desde niño vivió en España bajo la tutela de Felipe II.

Este relato, Las campanas de Breda, es un documento de un empleado de Felipe Guillermo de Orange, a la muerte de éste, solicitando del rey, un lugar de enterramiento en a Castilla cuyo cielo azul echaba de menos. Panegírico en el que se ensalza la ecuanimidad y prudencia del fallecido, así como su buen hacer como administrador de Breda. La única campana que en la ciudad quedaba estaba en el castillo del protagonista y, como buen católico, sonaba a diario marcando los momentos de oración.

6.- La última reina

Este relato está situado en época actual. Mercedes, la protagonista, es una estudiante. Está en Londres acabando su doctorado sobre “la última reina católica”. Se centra pues en la vida y muerte de la última Plantagenet, Lady Margaret Pole. Aunque el tema podría igualmente girar sobre Catalina de Aragón o sobre su hija María Tudor.

La abuela de Mercedes, profesora, le da algunos consejos sobre el enfoque del trabajo de investigación.

María Elvira Roca Barea nos ofrece un paralelismo entre las vidas de Catalina de Aragón, primera esposa de Enrique VIII y Lady Margaret Pole. En el caso de Catalina de Aragón, al contar con el respaldo del trono de España, su vida fue respetada. Por el contrario, la vida de Lady Margaret es resumida en la página 179 y siguientes de 6 Relatos Ejemplares 6: “ Cuando Lady Margaret tenía tres años, murieron su madre y su hermano pequeño. Jorge Plantagenet, el padre, afirmaba ante quien quisiera oírlo que ambos habían sido envenenados… Cuando el propio Jorge Plantagenet sea asesinado, los dos niños supervivientes, Margaret y su hermano Eduardo, serán enviados al castillo de Sheriff Hutton, en Yorkshire del Norte. A los pocos meses del ascenso de Enrique VII en 1485, son llamados a la corte, pero la presencia del pequeño Eduardo en la corte comienza a ser insoportable para el rey.

Eduardo Plantagenet fue finalmente decapitado a la edad de veinticuatro años, tras haber pasado catorce aislado en la Torre de Londres.”

La incertidumbre en la que vivió Lady Margaret corrió pareja a las propiedades que Enrique VIII espolió a la Iglesia Católica. Algunas perecieron tras los saqueos. Mercedes investiga los restos de monumentos relacionados con la vida de Lady Margare, acompañada por Egerton, un inglés con un acento típico de la alta sociedad británica.

La relación entre Mercedes y Egerton parece prosperar entre los asaltos del joven a la habitación de estudiante donde ella vive. En Londres, Mercedes conoce el ambiente de una sociedad permisiva. Lo que en un principio parecería una relación con futuro, recibe un drástico enfriamiento a mediad en que ambos jóvenes intentan comprender la difícil situación de los católicos tras la separación de los anglicanos, ateniéndose a las consecuencias históricas.