Arqueología de la Biblia

Durante los últimos 200 años, el trabajo arqueológico ha proporcionado una valiosa información que ha permitido a las personas del siglo XXI echar un vistazo al pasado y hojear capítulos de la historia humana que durante siglos, e incluso milenios en algunos casos, han permanecido inaccesibles. Un lugar donde la arqueología ha conseguido hacer revivir el pasado es el Oriente Próximo, Medio o Antiguo...

Los restos arqueológicos de Oriente Próximo plantean las siguientes preguntas: ¿Tienen estos restos algo que ver con la Biblia, el libro que más profundamente ha influido en la cultura occidental? ¿Existen pruebas arqueológicas que se relacionen con la Biblia? ¿Ciertas partes de la Biblia, especialmente las escritas hace 3.000 años o más, son mito o historia? ¿Es compatible una disciplina científica como la arqueología con un libro obviamente religioso como la Biblia?

Esta obra ilustrada responde a estas preguntas clave, introduciendo al lector en algunos de los descubrimientos más antiguos y más recientes que sirven para iluminar nuestro conocimiento de la Biblia. Para ello, el autor explora el Antiguo y el Nuevo Testamento.

Incluye fotografías e imágenes de lugares, relieves, pinturas, extractos de textos antiguos, mapas y rutas, reconstrucciones de ciudades…

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2008 San Pablo
192
978-84-285-3392-8
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3
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Comentarios

Imagen de acabrero

Es interesante el cambio de planteamiento que propone el autor. El lector podría esperarse una serie de datos que demostraran la existencia de los personajes de la Escritura. Pero lo que se contienen en este libro son argumentos de sobra para demostrar que los hechos de la Biblia son totalmente creíbles, porque son homogéneos con los datos encontrados por los arqueólogos. No es posible encontrar ningún resto que nos hable del paso de los israelitas por el desierto, porque eso no deja rastro, pero sí es posible aportar muchos testimonios que lo hacen verosímil, porque existieron los pueblos y las condiciones de vida que narra la Biblia. Quizá es más llamativo que no existan datos arqueológicos del templo de Salomón, pero se da la circunstancia de que en el mismo lugar se han construido y destruido cinco templos. Sólo un minucioso estudio de escombros daría alguna pista, siempre pequeña. El libro es asequible para un público no excesivamente docto pero sí algo conocedor de las historias de la Biblia.