Así mueren los santos

El libro 'fotografía' los últimos instantes de 100 santos, místicos y mártires, religiosos y laicos, ancianos y niños. 'He narrado la muerte de muchos santos, pero todos ellos me han confirmado la verdad de esta antigua intuición cristiana: 'Cuando muere un santo, es la muerte la que muere''. El autor presenta así una impresionante galería de santos, 'fotografiados' en los últimos instantes de su vida. Para todos ellos, la muerte es la ternura de un abrazo, el encuentro con el Amado, largamente perseguido. Contemplaremos así la muerte de místicos y mártires, religiosos y laicos, ancianos y niños, que han aprendido el secreto del amor quizá en una vida breve pero enormemente intensa. Mediante estos sugerentes 'retratos' el autor ayuda a descubrir la vida como un viaje hacia una felicidad más plena, la de la Casa del Padre.

El autor ayuda a descubrir la vida como un viaje hacia la felicidad plena en la Casa del Padre, dejando un rastro fecundo en la Iglesia y en el mundo. 

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2020 Rialp
252
978-84-321-5252-8

Subtítulo: Cien relatos de vida y resurrreción

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Esta obra del fundador del Movimiento Eclesial Carmelitano, ofrece una galería de cien relatos de vida y esperanza de resurrección de algunos santos a lo largo de varios siglos. Entre ellos, mártires como Tomás Moro y Oscar Romero; otros que entregan su vida por la Iglesia como Catalina de Siena o Teresa de Jesús; llenos de caridad maternal como Catalina Labouré y Teresa de Calcuta; o de caridad paternal como Juan de Dios o Luis Orione; también grandes apóstoles como Agustín, Ignacio o Josemaría Escrivá, apóstol de la santidad laical en medio del mundo. Presenta también a los jóvenes inocentes como María Goretti, Francisco Marto o Mari Carmen González-Valerio.

El autor ayuda a descubrir la vida como un viaje hacia la felicidad plena en la Casa del Padre, dejando un rastro fecundo en la Iglesia y en el mundo. Son muchos religiosos de ayer y de hoy y unos pocos laicos incluidos los niños. Sorprende que no incluya a Pablo VI o Juan Pablo.