Breve poemario dividido en capítulos. Los poemas van de la metapoesía a la consideración lírica de lo cotidiano: el amor de su mujer, su oficio, la muerte, el sentido del quehacer poético...
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
---|---|---|---|---|
2004 | Renacimiento |
78 |
|
Comentarios
En "Casa Propia" (Renacimiento, 2004) de Enrique García-Máiquez, hay muchos poemas que me han llamado la atención, por su belleza, por su optimismo y alegría ante la vida, por su amor a Leonor (ese acróstico que le hace, al releer el poema, "rozarte con los labios" etc. Con una gran variedad y dominio de los distintos metros, García-Máiquez sale y hace salir al lector "sonriendo en mis poemas", y es que canta alegre, "y es por eso/ que canto poco. Mientras/entre una línea y otra, oculto, corre el tiempo/y por él va el dolor..." Pero me quería fijar en un poema magistral. Max Jacob, aquel bohemio francés, aconsejaba a ese joven aprendiz de poeta que no fuera superficial, que todos sus versos debían ser hondos. Rilke, en sus famosas "Cartas", dice lo mismo (´carta número 3). La poesía no es un juego verbal, y por eso García-Máiquez replica con autoridad a Lope de Vega con este magistral soneto que acaba diciendo: "Porque un poema es pálpito en el pecho./ Ni guiño a la afición ni flor formal. / Cuento -sí, son catorce-, y no está hecho".