Cada persona es singular e irrepetible; los bautizados sabemos que es porque Dios nos ha dado la vida, llamándonos por amor desde la nada a la existencia. Por eso todos tenemos una misión que cumplir, en respuesta a esa llamada al Amor.
¿Por qué unos casados y otros célibes? ¿Cómo descubrir el propio camino? ¿Qué sucede con "la media naranja"? Si todos estamos llamados a ser santos, ¿no supone eso distintas "categorías" de santidad? ¿No es más equilibrado psíquicamente compartir la vida con otro, que entregarse a Dios? ¿Es lo mismo virginidad que celibato? ¿Por qué es necesario el celibato en la Iglesia? Este libro responde con sencillez y profundidad a estas preguntas.