De Periodista a Cardenal: vida de Ángel Herrera

En 1907 el Nuncio de Su Santidad en España se preguntaba por qué, en un país con tan ancha base católica, no existían una prensa católica de altura y un partido político católico. La respuesta fue la vida de Angel Herrera Oria.

Nacido en Santander en 1886, Herrera Oria fue abogado del Estado y desde 1907 dedicó su vida a la propaganda católica. Con sus seguidores fundó la Asociación Católica Nacional de Propagandistas, los diarios El Debate y Ya, la escuela de periodismo de El Debate. Durante la Repúbica impulsó la CEDA -agrupación de partidos de derechas- que concurrió a las elecciones y participó en el Gobierno en el periodo 1933-1935.

Hasta 1936 como laico y a partir de 1940 como sacerdote y Obispo de Málaga, el gran deseo de su vida fue servir a los Pontífices -desde León XIII a Pablo VI- y difundir la Doctrina Social de la Iglesia. Creado Cardenal por Pablo VI en 1965, falleció en 1968. En 1996 se inició su proceso de beatificación.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
1998 BAC
431
9788479143886
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Son bien conocidas las ideologías sociales y políticas predominantes durante el siglo XX y el impulso laicista que ha acompañado a la mayoría de ellas: desde el liberalismo al marxismo. A principios del siglo XX la cuestión católica ocupaba, una vez más, la política en España. A sugerencia del Nuncio de Su Santidad, el 8 de noviembre de 1908, un grupo de jóvenes se reúnen para fundar la Asociación Católica Nacional de Jóvenes Propagandistas. Su presidente fue el Abogado del Estado santanderino Ángel Herrera Oria. Uno de los ocho jóvenes que asistieron a la reunión fundacional diría después: "Desde allí salimos por toda España... para dar mítines".

El resultado fue asombroso. En 1911 se inició la publicación del periódico El Debate, dirigido por Herrera; en 1912 se constituye la Editorial Católica; en 1917 la Confederación Católica Agraria; en 1920 la Confederación de Estudiantes Católicos; en 1922 el Partido Social Popular; en 1926 la Escuela de periodismo de El Debate, primera escuela de periodismo creada en España. En 1931 se pone en marcha Acción Nacional, denominada posteriormente Acción Popular. Lideró este movimiento político José María Gil Robles, colaborador de Herrera Oria. Acción Popular fue la semilla de la CEDA, coalición de partidos de derechas, que tuvo un papel destacado durante la Segunda República. En 1932 se constituyó el Instituto Social Obrero; en 1933 nació el Centro de Estudios Universitarios, germen de una futura universidad católica. Son sólo algunas de las obras de Ángel Herrera iniciadas antes de la Guerra civil.

La primera cuestión que se plantea el lector es cómo Herrera fue capaz de desarrollar una cantidad tal de iniciativas y con tal éxito aparente. La respuesta es múltiple. En lo humano Herrera contaba con su capacidad de organización y de trabajo, de impulsar, entusiasmar y dirigir a las personas. En lo espiritual con una gran formación, piedad, obediencia y deseo de servir a la Iglesia y a los papas. Sobre la importancia que daba a las virtudes humanas vienen a cuento las palabras que dirigió a un grupo de amigos: "Sois excelentes padres de familia, sois católicos ejemplares, pero os falta la virtud de la fortaleza". En lo político destacó su deseo de entenderse con todos, lo que hizo que, en aquel ambiente radicalizado, las derechas le considerasen débil y las izquierdas sibilino. No aprobó el levantamiento de 1936 y a partir de 1939 mantuvo contacto con sus amigos exiliados.

El libro nos lleva a la conclusión de la necesidad de un liderazgo social en el ámbito católico; un liderazgo que no anule la libertad de las personas pero que proporcione a los católicos algún tipo de voz y representación en el medio social. Este liderazgo debería salir del laicado católico. En 1936 Herrera abandonó todos sus cargos a fin de prepararse para el sacerdocio. Ello nos hace ver como en aquella época el laicado todavía no era considerado una vocación con sustantividad propia dentro de la Iglesia. A partir de su ordenación Herrera impulsó obras para difundir en España la doctrina social de la Iglesia.

Su vida tuvo dos fases bien diferenciadas, como laico y después como sacerdote y Obispo; antes y después de la Guerra civil. Nos atrae sobre todo la primera. Posiblemente no haya existido un líder católico en la España del siglo XX comparable con don Ángel Herrera Oria.