El mundo de Nasrudín

Un padre y su hijo se dirigen con un caballo a realizar sus obligaciones. El padre va a pie y el chico montado; los que pasan a su lado critican al chico. A continuación, y ante los comentarios, el chico va a pie y el padre montado. Los que los ven critican la actitud del padre, el chico le ruega a su padre bajarse e ir andando ambos. Los que pasan a su lado se ríen de ellos así pues deciden montarse los dos. Ahora, los que pasan, critican el abuso que cometen con el caballo. Así llegarán al final no sin antes haber reflexionado.

Este libro, como todos los de Idries Shah, está lleno de sorpresas. Hace más de 40 años, este erudito introdujo en el mundo occidental los cuentos y chistes de Mullá Nasrudín, un personaje mítico en la tradición sufí que a veces es un saabio y otras veces es un loco.
Los cuentos de Mulá Nasrudín son un espejo en el que podemos reconocer los humanos, en nuestras virtudes y buestros defectos, en nuestra belleza y nuestra más absoluta ridiculez.
 

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2006 Edelvives
480
9788478712007

Subtítulo: Cuentos sufíes. Encuadernación tapa dura. Magníficas ilustraciones.
 

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Imagen de toñi hueso

La autora nos cuenta un viejo cuento conocido por muchos. Son los cuentos de Nasrudin en los que un mulá (maestro) trata de enseñar a sus alumnos para lo cual les cuenta unos cuentos. A pesar de lo conocido de la historia no deja de tener interés porque está complementada con magníficas ilustraciones, algunas de ellas a doble página.
El álbum presenta diversos ambientes donde se va desarrollando la trama como el pueblo, la ciudad o el itinerario que recorren el padre y el hijo.

COMENTARIO A LA ILUSTRACIÓN Mª LOURDES CASTRO
Encuadernación de pasta dura. La obra ha sido concebida confiriéndole mucha importancia a la maquetación y a la reproducción de las ilustraciones las cuales dan cuerpo a la obra. Nótese por ejemplo, los elementos de la portada que han sido tratados con barniz final cobrando así más protagonismo y enriqueciendo, en general, la presentación del libro.
En el interior encontramos ilustraciones a sangre y doble página o algunas que se recortan sobre el blanco de la hoja; con esto el autor logra reforzar la presencia de los personajes en las páginas del libro. Los párrafos, que siempre son escasos en comparación con el formato global, están maquetados según la estructura del dibujo y el color de la tipografía que establece un vínculo con el de las guardas, así como con los rojos, bermellones o granzas de los dibujos. Estos tonos conviven con otros neutros, que generalmente cubren espacios amplios, y fríos. De este modo se consigue enfatizar a los personajes cuya indumentaria, por contraste, está trabajada con tonos cálidos.
Las ilustraciones son muy pictóricas y figurativas, centrando los detalles en las escenas a las que se refiere cada texto; están trabajadas previsiblemente con acuarela o en algunos casos, sí con aguadas que ayudan a construir las formas. Las perspectivas, encuadres o ángulos de composición, son variados; casi siempre hay un primer plano exagerado lo que potencia la profundidad del dibujo. Este modelo de ilustración resulta muy didáctico sobre el modo de componer y trabajar el color, las formas y cómo organizar el dibujo analítico junto con zonas de exhaustiva síntesis.