Herbert Molin, policía sueco jubilado que vive en su granja, en el pueblecito de Härdjedalen, muere de manera brutal: literalmente, el asesino lo ha matado a latigazos. La policía descubre alrededor del cadáver huellas sanguinolentas muy extrañas, como si alguien hubiera ejecutado en torno a él unos pasos de baile. Un antiguo compañero de Molin, el joven Stefan Lindman, decide viajar a Härdjedalen para averiguar lo ocurrido.
Poco a poco irá descubriendo misteriosas conexiones entre la muerte de Molin, los colaboracionistas durante la segunda guerra mundial y los grupos neonazis de la actualidad. Para Lindman ya no habrá marcha atrás: cada pista lo impelirá a seguir adelante para saber la verdad. El retorno del profesor de baile nos introduce, a manera de anticipo, en la serie policíaca protagonizada por Linda, la hija de Kurt Wallander, el detective creado por el escritor sueco Henning Mankell.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
---|---|---|---|---|
2005 | Tusquets |
464 |
Título original: Danslärarens återkomst. Traducción del sueco de Carmen Montes Cano. |
|
2007 | Tusquets Maxi |
573 |
978-84-8383-505 |
|
Comentarios
Hay poco que comentar acerca
Hay poco que comentar acerca de una novela policíaca; uno o varios crímenes que terminarán por ser resueltos por los investigadores. El elemento diferenciador suele encontrarse en el ambiente en el que las muertes se producen y en el tipismo de los detectives. En sus novelas Mankell nos ofrece un dibujo de Suecia en la actualidad que muchas veces se reduce a decir "esto ya no es lo que era". Al autor le conmueve el incremento de la criminalidad y no deja de señalar el aumento de la inmigración en su país.
En El retorno del profesor de baile Mankell denuncia que Suecia, que fue neutral durante la Segunda Fuerra Mundial, aportó voluntarios al ejército alemán. Este dato se ha silenciado posteriormente. A aquellos jóvenes les movía el deseo de enfrentarse al bolchevismo y de construír un nuevo orden europeo libre de las lacras que lo aquejaban y de base germánica. Es fácil vender una guerra de agresión como si fuera una cruzada. Basta con fijarse en los problemas y prometer que la guerra los va a eliminar.
La pregunta que nos hacemos es cómo se explica el auge de los regímenes totalitarios previo a la Segunda Guerra Mundial y qué llevó a jóvenes suecos, belgas, franceses o españoles a integrarse voluntariamente en sus ejércitos. La respuesta está en la debilidad de los sistema democráticos europeos de los años treinta. La inoperante República alemana de Weimar explica a Hitler, igual que la caótica IIIª República francesa explica la derrota y el régimen de Vichy o la sectaria IIª República española explica la Guerra civil y el franquismo. Se dieron, además, factores desequilibrantes como la crisis económica de 1929 y sobre todo la Revolución rusa de 1917, que atemorizó a la burguesía europea. Todo ello explica que se desease un nuevo orden como alternativa al desorden social.
Hoy, a comienzos del siglo XXI, las democracias europeas atraviesan otra época de debilidad y confusión; existe un desencanto respecto de los sistemas democráticos que parecen no cubrir las expectativas de los ciudadanos y florecen los movimientos populistas y centrífugos. La primera manifestación irracional de ruptura de la unidad europea la ha dado Gran Bretaña con el llamado "brexit". Me gusta recordar que el General De Gaulle, que había sufrido en sus carnes el egoísmo de los británicos, se negó, mientras fue Presidente de la República francesa, a que el Reino Unido se integrase en la Comunidad Económica Europea. Los propios ingleses han terminado por darle la razón.
Hoy también existen factores desequilibrantes para las democracias como otra crisis económica, la inmigración masiva o la percepción de que enemigos poderosos se enfrentan a Occidente amenazando su tranquilidad. Los movimientos populistas atemorizan tanto como en su día pudo hacerlo la URSS y la misma cultura europea está sometida a cambios vertiginosos que desconocemos a dónde nos llevarán. De nuevo existe una percepción de desorden social crítica hacia lo existente. Hacen falta ideas y liderazgos sólidos para evitar la nostalgia de un nuevo orden como se dió en su día en Alemania, Suecia y en otros países europeos.
Novela de entretenimiento y además demasiado larga.
Una apasionante y ágil historia, que tiene casi todos los ingredientes de las novelas de Mankell, pues se echa de menos alguno de sus comentarios críticos que en las primeras narraciones hacía de la sociedad del bienestar. En este caso el rechazo al genocidio y totalitarismo nazi parece concentrar todo ese segundo plano que suele presentar la obra policíaca del autor sueco. (de Ángel García Prieto.)
Cambiamos de protagonista,pero la historia es similar a las de la serie de Wallander:problemática social,centrada en este caso en el resurgir del nazismo en una sociedad completamente desorientada. El protagonista se encuentra en un ambiete que sucumbe,estando enl tambien en trance de rerecer ante una enfermedad,que le mina psicologicamente.
Muy bien escrita y resuelta,como acostumbra Mankell,con unos personajes que nos atraen y a la vez dan pena,ante un espacio vital lleno de desasosiego y sin la mas mínima trascendencia de la vida,pero que parece que van buscando algo que no encuentran,algo que de sentido a su vida.