El retrato del señor W. H.

Cyril Graham, un joven erudito y actor aficionado, está convencido de que detrás de las iniciales «W. H.» que figuran en la dedicatoria de los Sonetos de Shakespeare no se esconde, como la crítica daba por supuesto, William Herbert, conde de Pembroke, sino un joven actor de la compañía del poeta, y de quién éste al parecer se había enamorado, llamado Willie Hugues. Como prueba de su teoría, aporta un misterioso retrato del joven Hugues con la mano posada sobre una edición de los Sonetos; pero pronto se descubre que el cuadro es una falsificación, lo cual le empuja al suicidio. A partir de esta trágica historia, y del apremiante «legado» que reciben dos amigos bajo la forma de un falso retrato y de una arrasadora pasión intelectual, Oscar Wilde construyó en El retrato del señor W. H. (1895) una fascinante pieza de erudición fantástica en la que expuso no sólo los postulados de su estética antinaturalista, sino, más allá de ésta, la dramática, pero vital, necesidad de encontrar «el alma, el alma secreta» que constituye «la única realidad». Wilde no consiguió nunca en vida publicar en un volumen esta nouvelle que había aparecido sólo en las páginas de un revista, a pesar de que desde la cárcel de Reading insistió en que se trataba de «una de mis primeras obras maestras». Sin duda lo es.

Reseña del editor.

Relato de Oscar Wilde  que, en vida del autor, solo se publicó por entregas, y que se reedita ahora en España.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2022 Alba Editorial
109
978-84-9065-848-2

Traducción de Alejandro Palomas en la colección Alba minus.

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Sobre el destinatario de los Sonetos de Shakespeare, se ha especulado y escrito mucho. Oscar Wilde crea una ficción sobre este tema, con la teoría del joven Cyril Graham, sobre la que el narrador es informado por su amigo Erskine que le comunica, además, que Graham se suicidó, al no encontrar apoyo a su teoría y en solidaridad con William Herbert, el actor que él consideraba que era el verdadero destinatario de los poemas; además, hay por medio un supuesto retrato del tal W. H. Esto conmueve al narrador, que se encierra para investigar sobre la teoría de Graham y llega a la conclusión de que es cierta. Escribe a Erskine, para comunicarle las conclusiones, pero, a partir de este momento, se produce un giro en el relao, con un final inesperado. La ficción sirve a Oscar Wilde para analizar los sonetos shakesperianos y ofrecernos una defensa del papel y la superioridad del arte, del teatro y sus actores...; es decir, de su estética opuesta al naturalismo. En vida del Wilde, el relato solo se publicó en la revista Blackwood's Magazine, en 1889, aunque intentó que se editara como libro, pero no lo logró, pues consideraba el texto como "una de mis primeras obras maestras". En el Reino Unido, no se publicó hasta 1921. Texto de notable calidad y muy sugerente, en el que se muestra lo que luego Wilde desarrollará en obras posteriores. Luis Ramoneda