El último minuto

A través de la palabra autobiográfica de Matilde de Magdeburgo, mística y poeta del siglo XIII, recorremos un viaje al encuentro de Dios, que va de la pasión y el deseo de la juventud al cansancio de la vejez, que nos conduce del éxtasis a la Cruz, de la unión a la ruptura, del gozo erótico al sufrimiento. La voz de Matilde penetra en los misterios de la divinidad y llama a abandonarseal fluir de la vida, a contemplar y envolverse en el fuego que arde y se derrama de la divinidad. La escritura carece de linealidad, evocando el recorrido circular de una danza cósmica, al estilo de otras místicas medievales, como Margarita Porete o Hadewijch. Unapalabra nómada que es, al mismo tiempo, palabra divina

Poemario de Rocío Arana de la colección Cuadernos de Poesía promovida por el colegio Altair de Sevilla, con prólogo de Enrique García-Máiquez.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2020 Fundación Númenor
53
978-84-944305-9-6

Edición muy cuidada y elegante como todos los que edita la Fundación Númenor.

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Es una buena noticia que la colección "Cuadernos de Poesía" de Númenor publique dos nuevos titulos despues de un parón. La poesía de Rocío Arana (Sevilla, 1977) es vitalista, surge al hilo de un detalle, de pequeños sucesos cotidianos, como una fuente torrencial, comunicativa, exuberante. Es poesía alegre, breve, incisiva, incluso ante el misterio, la duda o el dolor, porque hay dicha, gratitud, pero no ingenuidad, Poemas donde se celebra la amistad, el amor humano y divino, la grandeza de lo ordinario, si se sabe encontrar, la existencia que tenemos, sin quejas ni quimeras: Hacer reír a la persona amada // es mi oficio feliz, mi vocación, nos dice. Me parece que en este poemario se nota la madurez tanto en la hondura de los planteamientos como en el dominio de los recursos literarios. Como dice Enrique García-Máiquez en el prólogo, Rocío Arana no es poeta porque escriba o haya escrito poemas, sino porque vive de los poemas, en los poemas, con los poemas, entre los poemas. El libro se divide en dos partes: Silencio que refulge y Agradecer prodigios en la sombra, más un poema inicial y otro de cierre. Luis Ramoneda