El viudo Rius

Continuación de la novela del mismo autor "Mariona Rebull". Muerta Mariona en 1893, el viudo, Joaquín Rius, se dedica a sacar adelante la industria textil heredada de su padre.

La acción transcurre en la primera década del siglo XX. Está centrada en las dificultades económicas y sociales que sufrieron las industria y la ciudad de Barcelona en ese periodo: Crisis económica, huelgas, atentados, bombas y quema de iglesias.

El clímax se alcanza en la Semana Trágica, en 1909, de la que Rius sale malparado.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
1969 Planeta
283
84-320-2129-6

Original de 1944.

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Uno de los atractivos de esta novela consiste en la posibilidad de profundizar en el carácter catalán, y descubrir un cierto paralelismo entre lo sucedido en Barcelona a comienzos del siglo XX y lo que sucede en la actualidad.

Cuenta Agustí como, a comienzos del siglo XX, se produjo una crisis económica como consecuencia de la pérdida de los mercados de ultramar. Además, el sector textil se resentía por la importación de  tejidos de Francia e Inglaterra. Una delegación de empresarios catalanes se reúne en Madrid con el Presidente del Consejo a fin de solicitar protección arancelaria para sus productos. Este les contesta: "Las reivindicaciones económicas que ustedes proponen van del brazo de los que, a raíz de la pérdida de las colonias, se apresuraron a celebrar con champán la desgracia española" (pág.360). Sin embargo, los nuevos aranceles fueron aprobados en 1906 y Cataluña pudo recuperar el mercado español de tejidos.

En el Parlamento, el Presidente se muestra preocupado por el distanciamiento entre Cataluña y el resto del país: "Me preocupa mantener el equilibrio indispensable entre la riqueza de la región catalana y las demás" (pág.369), y añade: "Esa menestralía catalana, enriquecida más de los conveniente por unos salarios excepcionales, ¿creen ustedes que no va a distanciarse de su hermana del resto de la Península? ¡Qué duda cabe! Me preocupa la idea de que los españoles pudieran desolidarizarse entre sí por razones económicas en los comienzos y después en lo espiritual y moral" (pág.370). Es algo que ya se ha producido, la falta de empatía entre las dos zonas o regiones españolas, de lo que cada una culpa a la otra.

Los políticos catalanes desconfían del Gobierno y le interpelan en la Cámara: "No habrá germen de separatismo en la tierra catalana, salvo que este germen fuera depositado por desidia o malicia desde aquí, desde el Banco Azul" (361). Igualmente, en los periódicos extremistas de Cataluña "se acusaba al Gobierno, al Rey y a los generales de preparar una orgía de sangre popular" (pág.502).  Rius es realista, y cuando escucha decir en Madrid que "todos los catalanes son sensatos", responde: "Algunas veces son sensatos, otras veces no lo son" (pág.377).

Tampoco el Gobierno central es totalmente inocente. Según Agustí, se estaba subvencionando a Alejandro Lerroux para promover en Barcelona un obrerismo radical no separatista (pág.371). No procede seguir citando textos del autor para demostrar lo que ya sabemos, que la incomprensión y la falta de empatía entre Cataluña y el resto de España obedece a las distintas características de sus sociedades, pero también al oportunismo político.

Si comparamos esta novela con su antecedente, "Mariona Rebull", el argumento es más flojo. Son demasiadas las páginas que no tienen mucho interés. Agustí sigue haciendo descubrimientos literarios muy interesantes: imágenes, metáforas, cultismos y términos antiguos. También encontramos catalanismos. El estilo es, posiblemente, lo mejor de la novela, junto con algunos de sus personajes: los obreros que se mantienen leales a su patrón y empresario.

Se ha utilizado el volumen que reúne "Mariona Rebull" y "El viudo Rius", por lo que las páginas que se citan corresponden a esa edición.