Se trata de una bellísima reflexión al hilo del diálogo platónico Fedro. Pieper sigue un método sencillo pero eficaz. Va rocorriendo cada frase y cada estado psicológico de los protagonistas del diálogo, para poner en cada instante la palabra aclaratoria, el comentario certero, la comparación eficaz. Y el lector se siente identificado con el delirio divino de Sócrates hasta rogar con él a la Divinidad: "Otórgame la belleza interior y haz que mi exterior trabe amistad con ella".