Hombres

Rabut sobrelleva una existencia en apariencia normal y Bernard es un borracho despreciado por todos sus parientes, pero ambos viven en el mismo pueblo francés y son excombatientes de la guerra de Argelia. Un episodio banal permitirá la entrada de un pasado infame y vergonzoso que ellos y muchos franceses preferirían olvidar. Hombres es la historia del silencio de unos veteranos ya sesentones que fueron testigos de la inhumana humanidad de uno y otro bando, del derramamiento de sangre inútil, y hoy prefieren ahogarse en su propia tragedia porque el horror es incomunicable. Una novela que conjuga el discurso intimista con el soliloquio nervioso, elíptico y fragmentario, reflejando el desorden interior de unos individuos torturados por las circunstancias personales e históricas en que están inmersos. Ha supuesto la consagración internacional de su autor y está en marcha su adaptación cinematográfica, que correrá a cargo de Patrice Chéreau.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2011 Anagrama
256
978-84-339-3299-0
Valoración CDL
3
Valoración Socios
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Imagen de Ran

Una novela original, en la que el autor pretende mostrar la crisis emocional y psicológica producida como efecto de la guerra y de las atrocidades que se cometen en ella.
A fuerza de buscar introducirse en la mente atormentada de los protagonistas, se resiente la narración, se hace lenta y en ocasiones enrevesada.
Se presenta una historia inacabada pues la intención de Mauvignier es penetrar en el alma dañada de sus personajes, en ocasiones sin éxito pues falta profundidad en el conocimiento de la persona; esto hace que la narrativa se larga y tediosa en ocasiones.
La obra culmina sin ofrecer una solución al drama, dejándolo en suspense, sin futuro ni esperanza.
Es llamativo que tanto Mauvignier como otros autores contemporáneos que tratan de las secuelas atroces que produce la guerra se limiten a poner el acento en el aspecto devastador y negativo, y se muestren incapaces de ofrecer algún destello positivo de ilusión por la vida y superación, dejando una vía abierta a la posibilidad de la regeneración, el perdón y la alegría de vivir. Drama, sólo drama, como si lo único en esta vida sea el aspecto de dolor y sufrimiento, y lo único que cabe esperar es desilusión, tristeza y desasosiego.