La batalla de Iwo Jima

Iwo Jima –Isla del Azufre en japonés- está situada en el Pacífico, a 800 millas al SE de Tokio. Con 20 kilómetros cuadrados y coronada por un volcán extinguido, el monte Suribachi, era en 1945 un lugar pestilente por el olor a azufre y carecía de agua dulce. Contaba, sin embargo, con dos aeródromos japoneses y un tercero en construcción, que los norteamericanos necesitaban para desarrollar su programa de bombardeos sobre Japón. Esperaban poner fin así la guerra, como de hecho ocurrió. "Estábamos tan embrutecidos -declaró un marine después de la batalla-, que si hubiéramos desembarcado en Japón le habríamos disparado a todo lo que se moviese, fuese hombre, mujer, anciano o gallina". El autor defiende, con la historiografía actual, que las bombas lanzadas sobre Hiroshima y Nagasaki fueron menos cruentas para Japón y para los combatientes americanos de lo que hubiese sido la conquista isla a isla del Arquipiélago japonés.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2007 RBA Coleccionables,S.A.
330
9788496364608

Colección Grandes Batallas. Edición inicial en lengua inglesa 1999/2003. Acompaña mapas, fotografías y anexos sobre diversas cuestiones.

2005 Inédita Editores,S.A.
Valoración CDL
3
Valoración Socios
3
Average: 3 (1 vote)
Interpretación
  • No Recomendable
  • 1
  • En blanco
  • 2
  • Recomendable
  • 3
  • Muy Recomendable
  • 4

1 valoraciones

3
Género: 

Comentarios

Imagen de enc

"La batalla de Iwo Jima" narra el desembarco y conquista de la isla de ese nombre, por los marines de los Estados Unidos, casi al final de la Segunda Guerra Mundial. La batalla se inició el 19 de febrero de 1945 e intervinieron 3 Divisiones de marines -más de 70.000 hombres-, con medios acorazados, apoyo de ingenieros, naval y aéreo. Defendían la isla 21.000 soldados japoneses al mando del general Kuribayashi. A esas alturas de la guerra, con la Marina y la Aviación Imperial desmanteladas, los japoneses sabían que no había retirada posible. La batalla fue encarnizada y lo que el Alto Mando americano concibió como una operación de limpieza se convirtió en un forcejeo desesperado, durante treinta y cinco días, para hacerse con los 20 kilómetros cuadrados de la isla. Murieron 6.786 marines y 20.188 fueron heridos. El autor se detiene a relatar la importancia que tuvieron los sanitarios, asistentes médicos que sufrieron una proporción de bajas superior a la de los cuerpos combatientes. En Iwo Jima murieron 827 y 23 médicos. Cuatro sanitarios recibieron la Medalla de Honor, la más alta condecoración que conceden los Estados Unidos, dos de ellas a título póstumo. De los defensores japoneses sobrevivieron 1.083 hombres, que se entregaron obligados por el hambre y la sed. La batalla de Iwo Jima es célebre, entre otras razones, por la fotografía de los soldados izando la bandera americana en la cima del monte Suribachi.