La concelebración eucarística

La concelebración manifiesta la unidad del sacrificio del sacerdocio ministerial y de la Iglesia, pero deben respetarse ciertas condiciones para no desacralizar esta práctica.
Hasta el Concilio Vaticano II, la concelebración eucarística ha sido poco frecuente en la Iglesia latina. Sacrosanctum Concilium extiende su práctica, que unos textos y cierto uso han acabado por hacer ordinaria. Para que la concelebración manifieste la unidad del sacerdocio ministerial, se deben respetar algunas condiciones, teniendo siempre en cuenta que lo esencial es la Eucaristía celebrada, actualización del sacrificio de la cruz y del conjunto del misterio pascual.

El autor hace unas profundas reflexiones y analiza algunos documentos conciliares y magisteriales sobre las concelebraciones de la Eucaristía.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2010 Palabra
130
978-84-9840-396-1
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Hasta el concilio Vaticano II la concelebración eucarística fue poco frecuente en la Iglesia latina, pero después se extendió con amplitud, de modo que hay pocas reuniones de sacerdotes, fiestas, o viajes del Papa sin concelebración. Sin embargo este modo de expresar la comunión y la fraternidad sacerdotal plantea algunas cuestiones importantes, que no todos han sabido observar. Lo decisivo de toda celebración eucarística es que el sacerdote actúa "in persona Christi Capitis" y por eso hay comunión con el Papa y con el Obispo. De ello depende la articulación entre el sacerdocio ministerial y el común. Además, la "lex orandi es lex credendi", pues se conoce la fe tal como se celebra: una praxis defectuosa de los sacramentos deformaría la fe.

El autor hace unas profundas reflexiones, analiza con detalle los documentos conciliares, magisteriales y disciplinares, recuperando el verdadero espíritu del Concilio. En todo momento muestra el equilibrio y ponderación que facilita el estudio, sin caer en ningún exceso. La realidad de la praxis seguida tantas veces por Benedicto XVI que celebra sólo la Santa Misa en presencia de cardenales y obispos, señala un camino actual para seguir "la hermenéutica de la reforma, la renovación dentro de la continuidad", como ha dicho el Papa.

Especialmente útil para sacerdotes, seminaristas y teólogos.