Vivimos un mundo en el que lo distinto, las situaciones de crisis, el miedo, la cuestión del género o la inteligencia artificial acompañan y cuestionan nuestro día a día. Estas realidades desafían, no solo a cada persona, sino también a una Iglesia que, a su vez, se siente invitada a revalorizar su carácter sinodal, a anunciar la Buena Noticia en este contexto, a presentar modelos de esperanza y a acompañar procesos de perdón y reconciliación.
Miradas teológicas para un mundo plural.