La cripta de los capuchinos

La novela narra la honda huella que la primera guerra mundial deja en unos jóven vienés rico y ocioso, que a su regreso del frente se ve pobre y desorientado en una ciudad hostil. La acción externa, desarrollada en forma pausada, sin acentos dramáticos, encierra un mundo interior muy profundo, lleno de dolor y también de pasión.

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El joven Trotta es el protagonista de esta novela ambientada en los albores de la Primera Guerra Mundial, en Viena. Los jóvenes nobles o de familia bien viven despreocupados, y divertidos en los famosos cafés. Se casará con Isabel y marcha a la guerra. Se percibe ya la decadencia del Imperio Austrohúngaro. Volverá y reanudará su vida, con su esposa, su hijo, y su madre. Roth describe con maestría el ambiente social y familiar, las penurias después de la guerra, los conflictos personales, la inseguridad y más. Lo hace con una gran sensibilidad, por ejemplo cuando describe la experiencia irrepetible de ser padre con un hijo en los brazos. La Cripta de los Capuchinos alberga a los reyes del Imperio y allí han quedado sus restos, su recuerdo: María Teresa, Francisco José, Isabel, famosa Sisi, etc. La muerte está omnipresente y encaja con dosis de pesimismo personal y social. Y allí regresa Trotta con sus reflexiones poco esperanzadas aunque admitiendo con estoicismo la nueva situación.

Imagen de rocio meca

El protagonista de La Cripta de los Capuchinos, heredero de una familia de orígenes humildes ennoblecida por Francisco José, describe su vida en la Viena deslumbrante en los albores de la Primera Guerra Mundial. A los últimos estertores del imperio de los Habsburgo siguen los días trágicos de la guerra y de una posguerra gris y violenta. Antes de que los nazis entren en Viena, el joven Trotta, símbolo de un mundo en declive, baja a la cripta a la que alude el título de la novela, el panteón imperial austríaco, donde confesará su fracaso. La Cripta de los Capuchinos (1938) es tanto la novela del declive de Austria como estado soberano—la finis Austriae—como la desaparición definitiva de un mundo. La extrema depuración del talento narrativo de Roth y su capacidad y precisión de observador han convertido esta novela en una obra de referencia inexcusable.