La fama de santidad y de martirio hoy

A lo largo de toda la Historia de la Iglesia, la fama de santidad o de martirio aparece como un elemento imprescindible para iniciar una causa de canonización. En los tres primeros siglos el martirio era un hecho tan evidente que no se necesitaban de ulteriores pruebas para que el Pueblo de Dios proclamase como mártir al que había sido testigo de Cristo derramando su sangre. Cesadas las persecuciones, en el siglo IV, se desarrolla la figura de los confesores: son aquellos que, con toda su vida, dan un testimonio de Cristo.No se trata pues de un solo hecho heroico (el martirio), sino de toda una vida. En consecuencia hay que probar que la vida fue un testimonio del Señor, lo que da lugar a un procedimiento jurídico.Benedicto XIV recogió y dió la doctrina fundamental para estos procedimientos, doctrina que hoy día tiene plena vigencia.En el siglo XX, Juan Pablo II promulgó la Constitución "Divinus Perfectionis Magister" y la Congregación para las Causas de los Santos promulgó las Normas que han de observar los Obispos. ¿Es una legislación suficiente? A esta pregunta intenta responder la tesis.
 

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2006 Lateran University Press
396
978-8846505477
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Tomando como objetivo la fama de santidad y de martirio, el canonista Ricardo Quintana, hace un recorrido completo de la Historia de la Iglesia, para mostrar que la fama de santidad, fue siempre hasta la actualidad el motor de los procesos. Al hilo de ese estudio muestra con testimonios contundentes, como los procesos de canonización se han realizado siempre con el suficiente rigor. Pero, además, muestra como ha habido siempre santos y mártires en todas las épocas de la historia. Lo cual quiere demostar también que ha habido milagros a lo largo de la historia. Pues los milagros fueron siempre requeridos por la Iglesia para las canonizaciones.