La aparición de una mujer apuñalada en un pueblo de Zaragoza podría ser un trabajo más para el sargento Bevilacqua y la cabo Chamorro, pero éste es un caso fuera de lo común; la víctima es una célebre periodista casada con un consagrado escritor. La reina sin espejo es la última novela publicada por Lorenzo Silva, englobada en el género policiaco y dentro de la saga del sargento Bevilacqua.
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Para mi resulta evidente que cuando un novelista acierta con la clave para llegar a sus lectores, cuanto más simplifique la trama mejor resultará el producto. Llego a esta conclusión después de comparar tres novelas de Lorenzo Silva de la serie Bevilacqua y Chamorro: "El alquimista impaciente" (2000), "La reina sin espejo" (2005) y la celebérrima "La estrategia del agua" (2010). Si el éxito está en los personajes: Bevilacqua, alias "Vila", Chamorro o el comandante Pereira ¿para qué complicar innecesariamente la trama? Si la vida ya es de por si una novela ¿para qué inventar? Al contrario, lo que procede es enriquecer progresivamente a los protagonistas, acercarlos al lector, que es lo que hace el autor de novela en novela. Aun así "La reina sin espejo" todavía resulta densa y en algunos puntos –poquísimos- artificial. Además de picoletos y maderos, que los borda, todos los personajes de Silva están tratados con cariño. Dan ganas de pedirle al autor que no escriba más, no se nos vaya a olvidar cómo era el subteniente Robles, pero cometeríamos un grave error porque entonces nunca hubiéramos conocido a la exuberante cabo Salgado o al guardia Arnau. Los personajes, por tanto, pero también el lenguaje. No puedo dejar de sorprenderme cuando leo que Silva utiliza un lenguaje soez… ¡y yo que no lo había notado! Posiblemente se refieren a un lenguaje popular, no culto, y ahí sí me apunto. Es de suponer que entre Lorenzo Silva y Elvira Lindo estén en tratos para fundar la Academia de la Lengua de Carabanchel. La expresividad y los modismos de la lengua popular nos retrotraen a Plinio, Jefe de la Policía Municipal de Tomelloso, de García Pavón; o al detective Carbalho de Vázquez Montalván. Estoy convencido de que también, sin ningún reparo, se unirían al grupo Don Camilo y Pepone desde el cielo empíreo de los bendecidos por la literatura. "La reina sin espejo" se desarrolla en Cataluña y alrededores, justo tributo del autor a su editor catalán. La vida misma.