Lepanto y otros poemas

El primer poema de esta selección, el más largo, es uno de los más emotivos monumentos literarios a la gesta de Lepanto. Chesterton, además de ensayista y novelista, siempre fue poeta.

Ediciones

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2004 Renacimiento
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Imagen de Artemi

Hace unos años, en edición bilingüe, se publicó esta antología poética de Chesterton. Como dice Enrique García- Máiquez en el prólogo, la "poesía de Chesterton es hímnica. Son los cantos la celebración de un guerrero de la vida ordinaria que sabe que el hecho de vivir es la gran victoria sobre el silencio". Chesterton escribe poesía épica de lo cotidiano. El epílogo, magnífico, es una apología del canto, canto que Chesterton ve extinguirse en la sociedad contemporénea de principios de siglo. Aunque Chesterton volvió a la poesía en la madurez y plenitud de su carrera literaria la mayor parte de los poemas que recoge la antología son poemas de juventud. El libro lo abre el genial "Lepanto", inmenso poema épico, de los que ya apenas se escriben. Pero lo mejor para que os hagáis una idea de la grandeza del Chesterton poeta es que leáis este breve poema, de ese otro estilo épico el de lo cotidiano. :

How many millions stars there be,
that only God hath numberéd;
but this one only chosen for me
in time before her face was fled.
Shall not one mortal man alive
hold up his head?

Otro poema que puede hacernos idea del tono de sus cantos (lamémoslos por su nombre) es "ntes de nacer". Una de sus estrofas dice: "Y si una vez pudiese caminar/ por esos sueños unas millas/ sería el más alegre peregrino/ del país de las maravillas".

Imagen de cdl

No resulta habitual leer poesía y somos conscientes de que con esta reseña no vamos a variar de manera sustancial este dato. Tampoco Chesterton está catalogado como poeta, a pesar de que sus primeras obras eran poesías. Nos conformamos, al escribir estas líneas, con mover a alguno de nuestros lectores a abrir las páginas de este Lepanto y otros poemas, convencidos de que su lectura le resultará placentera y edificante a un tiempo.

Chesterton es un gran poeta, de hecho siempre fue poeta, incluso en su prosa aparece la poesía a la primera de cambio (no es por casualidad que entre los poemas seleccionados aparezcan dos publicados en sus novelas El hombre que fue Jueves y El Napoleón de Notting Hill).

Además fue un gran cristiano, lo que se transluce en cada palabra que escribe; y eso no sólo no fue impedimento, sino que le llevó a disfrutar de la Creación con una plenitud, con un gozo alegre, que resonaba en cada una de las carcajadas que nos legó. La primera de las composiciones, y la más larga, que aparecen en esta selección, la que da título al libro, es uno de los más emotivos monumentos literarios a la gesta de Lepanto. En estos tiempos en que hablar de la lucha contra el Turco que salvó nuestra civilización nos resulta vergonzante, no estará de más vibrar con esa voz que se alza desde la cristiana Albión para recordarnos que hubo un rey cristiano que nos salvó y que hizo exclamar, incluso a los sajones, ¡Vivat Hispania! ¡Domino Gloria!

El resto de poesías recogidas en este libro son breves pero no por ello menos brillantes. Las hay de diversa temática: graves o humorísticas, apologéticas o absurdas, ácidas o tiernas, todas bien compuestas, bien trabadas. Quiero destacar tan sólo una que, he de reconocer, me ha provocado un profundo impacto: El Aristócrata, en la que Chesterton deja entrever su íntimo conocimiento del Maligno.

Estamos pues ante una muy loable iniciativa, encabezada por Enrique García-Máiquez, en la que han colaborado cinco poetas traductores más, que además está presentada con un gusto que no dudamos en calificar de refinado (magnífica la edición, con el texto en inglés junto a su traducción castellana). Esperemos que, a pesar de todas las limitaciones de público que el género impone, esta obra llegue a muchas manos.

(De Jorge Soley Climent, en www.forumlibertas.com)