¡Levantaos! ¡Vamos!

Cuando llegó «su hora», Jesús dijo a sus discípulos especialmente amados Pedro, Santiago y Juan : «¡Levantaos! ¡Vamos!» (Mc 14, 42).
Esta invitación –«¡Levantaos! ¡Vamos!»– se dirige de modo particular a nosotros los obispos, sus amigos predilectos. Son palabras que llevan consigo la alegría y la paz que son fruto de la fe. En otra ocasión, a los mismos tres discípulos Jesús les formuló así su invitación: «Levantaos, no temáis» (Mt 17, 7). El amor de Dios no impone cargas que no podamos soportar, ni nos plantea exigencias a las que no podamos enfrentarnos. A la vez que pide, Él ofrece la ayuda necesaria.
Hablo de esto desde un lugar al que el amor de Cristo Salvador me ha llevado (Jn 15, 16). Por eso, haciéndome eco de las palabras de nuestro Maestro y Señor, repito también yo a cada uno de vosotros, queridísimos hermanos en el episcopado: «¡Levantaos! ¡Vamos!». Vamos confiados en Cristo. Él será quien nos acompañe en el camino, hasta la meta que solo Él conoce.
JUAN PABLO II

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2004 Plaza & Janés
185
Valoración CDL
3
Valoración Socios
4
Average: 4 (6 votes)
Interpretación
  • No Recomendable
  • 1
  • En blanco
  • 2
  • Recomendable
  • 3
  • Muy Recomendable
  • 4

6 valoraciones

Género: 

Comentarios

Imagen de acabrero

Como otros anteriores, autobiográficos, de Juan Pablo II, este libro me parece entrañable. El autor mezcla diversos planos como si de una conversación entre amigos se tratara. Nos cuenta su vida, desde la perspectiva del episcopado, al tiempo que nos habla de otros obispos ejemplares, y al mismo tiempo que da una doctrina maravillosa y sencilla sobre lo que supone la ordenación episcopal para la Iglesia, la responsabilidad de los obispos, la jerarquía... Todo mezclado, en un clima de intimidad que hace a este libro una obra literaria de gran calidad, donde el lector queda prendado de la santidad de un hombre que narra algo muy propio y vivido.