Los guanches

Reciben la denominación de guanches los primitivos ocupantes de las Islas Canarias, antes de su conquista por la Corona de Castilla en el siglo XV.

La tesis de este libro es que la raza sobrevive en el día de hoy a través de sus descendientes, aunque sea como una raza mestiza.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2002 Asociación Cultural de las Islas Canarias
95
84-920527-0-8

Título completo: Los guanches que sobrevivieron y su descendencia.

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La conquista del archipiélago canario por y para la Corona de Castilla comenzó en 1402 y no se dio por finalizada hasta 1496. Reinaban en la Península los Reyes Católicos.

El pueblo guanche vivía en condiciones prehistóricas -no conocía la escritura-, procedía del norte de Africa y estaba emparentado con el pueblo bereber de lo que hoy es el reino de Marruecos (pp. 21-22). Los guanches eran pastores y agricultores, vivían en cuevas o chozas de piedra y se vestían con los cueros de sus cabras y ovejas (pp. 14-15). Acostumbraban a momificar a sus muertos, por lo que se han hallado cadáveres momificados pertenecientes a esa etnia (pág.20).

El autor caracteriza a los guanches como de raza blanca, mediana estatura, cabello oscuro, nariz ancha y labios grueses (pág.64). El capellán de don Juan de Bhetencourt, que llegó con la primera expedición, afirma que eran gente hermosa y de gran entendimiento, pacíficos, etc. Luego se comprobaría que no eran tan pacíficos cuando se sentían amenazados. No debían ser muy distintos a sus conquistadores, ya que Concepción escribe que "desde que los indígenas usaron vestimenta española y asimilaron sus costumbres ya no eran considerados guanches" (pág.56).

Calcula el autor que antes de la conquista debía haber 70.000 indígenas entre las siete islas, pero cien años más tarde se estimó la presencia de entre 25.000 y 40.000. Afirma que durante la conquista no hubo muchos muertos, por lo que el descenso en las cifras podría deberse a un error en los cálculos, o a que no fueron computados los esclavos. Además, muchos canarios españolizados pasaron a América como colonos (pág.57). Los navegantes que se dirigían al Nuevo Mundo se detenían en las islas y buscaban en ellas refuerzos para sus expediciones.

Afirma Concepción que desde los primeros momentos se produjeron matrimonios entre los colonos llegados de la Península y las mujeres indígenas; de ello concluye que la raza guanche/bereber subsiste aún hoy aunque como una raza mestiza (pág.54). En el libro parece planear la nostalgia por una raza perdida que pretende considerarse viva actualmente. A ello hay que decir que los rasgos distintivos de un pueblo no están en su ADN, sus rasgos físicos o su procedencia geográfica, sino en su cultura y en las leyes que decide aceptar. La raza es muy poca cosa cuando no va acompañada por un nivel alto de civilización.

Dice Schumpeter que "la historia es un cementerio de civilizaciones". A lo largo de la historia las civilizaciones más avanzadas técnica y socialmente se han impuesto a las más atrasadas. Todo nacimiento es doloroso e implica sangre; también el nacimiento a estadios culturales más avanzados, pero se justifica cuando el punto de destino, culturalmente hablando, es superior al punto de partida. Para lectores interesados.