Luz del mundo

Nunca antes en la historia de la Iglesia un papa había respondido con tanta franqueza a las preguntas de un periodista en una entrevista directa y personal. Tras cinco años de pontificado y bajo la sombra de los escándalos de abusos a menores, Benedicto XVI habla sobre la crisis de la Iglesia, el ecumenismo, las reformas, los retos de la sociedad actual o la fe.
 

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2010 Herder
228
978-84-254-2756-5
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Como era de esperar, es una entrevista de gran interés por los múltiples temas que se tratan. Sin duda puede dar la impresión, en más de una ocasión, de que no se entra excesivamente en los problemas, pero se entiende que no es el marco apropiado. A pesar de todo, el interés por la conversación es grande, y las respuestas del Papa optimistas, a pesar de todo. Se trata con bastante detalle de los escándalos recientes por pederastia, pero hay también otros muchos temas relevantes. Merece la pena sin duda su lectura, a pesar de la horrible traducción, que quita a veces las ganas.

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Es difícil hacer la reseña de un libro-entrevista ya que en él se tocan un gran número de cuestiones. Me centraré en un aspecto enormemente atractivo y que puede constituir el núcleo del texto: el binomio razón y modernidad. Los últimos papas han insistido en la capacidad de la razón humana para encontrar la verdad (intelectual, moral, social, etc.). Benedicto XVI señala que "la modernidad no está hecha sólo de opciones negativas. Si así fuese no hubiese podido sostenerse por largo tiempo" (pág.33). La sociedad actual -afirma- contiene valores morales coincidentes con una visión cristiana de la naturaleza y del hombre, y el papa está obligado a intervenir a favor de los derechos humanos, a luchar por la paz, contra la violencia y las amenazas de guerra; así como comprometerse con la conservación de la naturaleza. "Pero eso no debe hacernos perder de vista que hay otros temas que suscitan contradicción". El papa denuncia el cientifismo que hace de la razón un dios, pretende explicar todo en base a la ciencia y excluye el pensamiento religioso del ámbito de lo racional (pág.144). "El Concilio –continúa el Pontífice- cumplió con su cometido de definir la Iglesia en relación con la modernidad, y la fe en relación con este tiempo y sus valores; pero llevarlo a la práctica con coherencia resulta difícil" (pág.78). Hay católicos que todavía pretenden reducir la fe a un "moralismo político, como fue el caso de la Teología de la Liberación" (pág.140) o a una suerte de "psicoterapia para el bienestar" (pág.141), como el New Age. Benedicto XVI espera que el cristiano de hoy sea espiritual, realmente creyente, valiente sin miedo a incomodar; debe reunir cualidades intelectuales, profesionales, humanas y ser capaz de integrar e integrarse en una Iglesia que es comunidad (pág.98). Además el papa pide a los católicos "disciplina y responsabilidad" (pág.116). A pesar de que los pontífices gozan hoy de un prestigio justificado en el mundo intelectual y ecuménico, Benedicto XVI manifiesta sentirse "decepcionado de que en el mundo occidental exista todavía disgusto hacia la Iglesia; de que la secularidad siga pretendiéndose autónoma de la religión "sicut Deus non esset" (como si Dios no existiera); que adopte formas en las que los hombres son apartados cada vez más de la fe y de que la tendencia general de nuestro tiempo siga siendo opuesta a la Iglesia" (pág.141). Con gran fuerza concluye Benedicto XVI que "el Evangelio debe ser anunciado en su inmensa racionalidad" (pág.146). Nos encontramos frente a un libro importante; sencillo en sus contenidos y que retrata a Benedicto XVI. Las preguntas de Peter Seewald facilitan que el Pontífice desarrolle su pensamiento. La traducción al español es deficiente. Choca, sobre todo, el uso de "consciencia" por conciencia; este último término sólamente aparece una vez.

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La publicación del libro con este título es resultado de unas conversaciones de Benedicto XVI con el periodista Peter Seewald, ya conocido y apreciado por otros dos libros-entrevista anteriores.Lleva por subtítulo: "El Papa, la Iglesia y los Signos de los tiempos". De todo ello conversa el entrevistador con el Papa, que no elude preguntas delicadas para la Iglesia.

Benedicto XVI habla de sus experiencias como hombre, sacerdote, cardenal y Papa, con total sencillez y humildad. Su cabeza prodigiosa va al centro de los problemas de nuestro tiempo. Aparecen en este libro la crisis financiera mundial, la necesidad de cuidar la naturaleza para las generaciones sucesivas, el escándalo de los abusos de algunos sacerdotes, el ecumenismo, el relativismo moral y religioso que deja sin asideros a los jóvenes especialmente, la humanización de la sexualidad, etc. Y en este contexto habla del preservativo. Que haya sido el punto destacado estos días es una cuestión de oportunidad tomada por algunos y quizá de mala gestión informativa cercana al Papa.