Nacemos para no morir nunca

Chiara y Enrico son dos jóvenes romanos pertenecientes a la Renovación Carismática Católica. Han contraído matrimonio en 2002, cuando Chiara tenía 24 años y Enrico 29. Sus dos primeros hijos vienen pronto, pero serán inviábles. Bautizados, mueren en brazos de sus padres. Estos aceptan con paz la voluntad de Dios.

El tercer hijo se llamará Francesco y nace sano, pero durante el embarazo se ha diagnosticado a Chiara un cáncer muy agresivo. Rechaza el aborto para poder tratarse y muere a los 28 años, cuando su hijo ya ha cumplido su primer aniversario. Los que conocieron a Chiara y Enrico los consideran un ejemplo de fe, amor y testimonio del matrimonio vivido como vocación cristiana.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2018 Palabra
157
84-9061-235-4

Subtítulo: La historia de Chiara Corbella Petrillo.

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De la lectura de este libro llama la atención la piedad de sus personajes, jóvenes corrientes. Chiara y Enrico se han conocido durante una peregrinación al centro mariano de Merdjugorje, en Croacia. Alli también conocen a Simone y Cristiana, otra pareja joven, autores de este libro. Desde entonces estarán en contacto.

El director espiritual de Enrico y Chiara es el padre Vito, un sacerdote franciscano. La pareja realiza peregrinaciones a Asís, cuna de san Francisco y del franciscanismo, se reúnen en diversas parroquias romanas para hacer oración, cantar y dar testimonio de su fe, rezan el Rosario y viven la Eucaristía. Dios ha puesto a su alrededor compañeros que les rodearán durante la breve peregrinación que va a ser su vida juntos.

Chiara tiene sus defectos, como todos: En ocasiones manifiesta que no tiene el cuerpo para hacer oración, otras veces está melancólica y llora. "Tienes que estar serena" -le dice el padre Vito (pág.25). Durante los seis años que dura su noviazgo han roto varias veces. Ella reconoce que no quería mostrarse ante Enrico tal como era por miedo que a que la dejase. Por fin, durante una peregrinación a Asís en 2008, deciden casarse. Van a ser muy felices, pero pronto el Señor pone de manifiesto la Cruz que les tiene destinada y ellos responderán con un "fiat" continuado (pág.21).

Sorprende el empeño que pone la joven en vivir el presente, el día de hoy, sin plantearse un mañana que se presenta incierto: Los embarazos no viables, su próxima muerte dejando un marido y un hijo de un año. A veces ha temido que Enrico deje de quererla, pero confía en Dios. "Cuando Dios abre una puerta nadie la cierra, y cuando la cierra nadie la abre" -la explica el padre Vito. Chiara no es santa, es Dios quien está empeñado en hacer de ella una joya y un testimonio. "Entender que detrás de todo está Dios es maravilloso" -dice Enrico.

La última enseñanza de este libro es la del matrimonio vivido como vocación a la santidad y el respeto exquisito a la vida humana. Aquí los autores se vuelcan: "El matrimonio no es una vocación de segunda categoría, es una verdadera llamada a la santidad en la que una persona se juega su felicidad" (pág.28). "Chiara describe el matrimonio como lo que es, un camino para llegar al Cielo" (pág.120); y Enrico añade: "El amor no es poseer, es ayudar al otro a ser feliz" (pág.144).

En conclusión, un libro útil para aprender a ser cristianos de una forma sencilla, en el contexto de la vocación matrimonial y a la paternidad. De fácil lectura.