Nulidades matrimoniales

El Matrimonio es un bien para la humanidad. Y es —debe serlo— para el hombre y la mujer que se casan, y para la familia que constituyen. La autora afirma que se lo defiende "sacándolo a flote", a pesar de las dificultades y los esfuerzos necesarios para mantenerlo. Pero, en algunas ocasiones, ocurre que eso no es posible, porque en realidad ese matrimonio es nulo. Esto significa que hay algo esencial que faltó en su nacimiento, por lo que no se lo puede considerar válido. Un procedimiento de Nulidad Matrimonial ante el Tribunal competente de la Iglesia se presenta como una puerta abierta que permite "enderezar" una vida.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2019 Logos. Argentina
288
978-987-732-155-5

Subtítulo: Lo que hay que saber antes y después de casarse.

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El libro de Rosa Corazón sobre nulidades matrimoniales enfoca éstas desde la perspectiva jurídica tradicional, tal como está contemplada en el Código de Derecho Canónico vigente. La doctrina jurídico-canónica había dado desde siempre, al contrato matrimonial el mismo tratamiento que a un contrato civil cuyos requisitos son consentimiento, objeto y causa.

De acuerdo con la doctrina citada, el vínculo matrimonial será nulo o anulable cuando en el momento del otorgamiento falte uno de aquellos requisitos: Cuando no exista consentimiento o éste sea defectuoso; cuando exista un error en el objeto -que son los propios cónyuges con sus cararacterísticas principales-, o cuando se haya producido un error en las causas que llevan a los cónyuges al matrimonio. Estas causas, para los teólogos y canonistas, son fides, prolis et sacramentum (fidelidad mutua, apertura a la prole y a la gracia de Dios).

Tradicionalmente no se incluía la convivencia o mutuo auxilio entre los cónyuges. Sí lo hace el Código vigente, que en el canon 1055 señala que la alianza matrimonial está ordenada "por su misma índole natural, al bien de los cónyuges". En consecuencia, y como un requisito derivado de lo anterior, el canon 1095 contempla como motivo de incapacidad para contraer matrimonio la situación de aquellos que "no pueden asumir las obligaciones esenciales del matrimonio".

Si nos vamos a fijar en el bien de los cónyuges, no sólo habrá que contemplar el matrimonio en su origen, sino también su desarrollo a lo largo del tiempo. Es decir, habrá que hacer un tratamiento pástoral del matrimonio para el bien material y espiritual de los cónyuges, de sus hijos y de la misma comunidad cristiana. En la actualidad, la doctrina reconoce que el matrimonio cristiano tiene valores espirituales y sociales que no hay que descuidar, más allá de las obligaciones meramente jurídicas.

Existen antecedentes en el tratamiento pastoral del vínculo matrimonial. Lo hace San Pablo en la primera carta a los Corintios, cuando, al tratar sobre los matrimonios mixtos entre fieles e infieles, escribe: "Si la parte infiel se separa que se separe. En tales casos no está esclavizado el hermano o hermana, pues Dios nos ha llamado a la paz" (I Cor, 7-15). Se trata del llamado privilegio paulino, que la Iglesia siempre ha aceptado como causa para la anulación del vínculo. El texto reconoce la potestad de la Iglesia para hacerlo y la necesidad de vivir el matrimonio en un ambiente de paz.

El papa Francisco, en su encíclica Amoris Laetitia, del año 2016, da un paso más en el tratamiento pastoral del matrimonio y sus posibles irregularidades. Sin ignorar el mandamiento de la indisolubilidad (Mt.19,3;  I Cor.7,10), recomienda hacer un seguimiento dinámico de la vida matrimonial, apartandose de la perspectiva exclusivamente jurídica. No se trata de juzgar; no se trata de condenar ni apartar de la comunidad a los cristianos en situación matrimonial irregular, sino de comprender, ayudar y no permitir que se aparten definitivamente de la fe.

El Pontífice pone diversos ejemplos en su Encíclica. Por ejemplo, cuando habla de "una segunda unión consolidada en el tiempo, con nuevos hijos, con probada fidelidad, entrega generosa, compromiso cristiano...", o bien del cónyuge que ha sufrido un "abandono injusto", o -por último- el de aquellos que están "subjetivamente seguros en conciencia de que el precedente matrimonio, irreparablemente destruido, no había sido nunca válido" (A.L.298).

No lo dice el Pontífice, pero está abriendo el camino a la anulación del primer vínculo por la potestad de la Iglesia y reconocimiento del segundo. Existe un precedente en el llamado privilegio petrino, facultad que se concede a los polígamos que se convierten, los cuales podrán elegir aquella esposa que quieren conservar como legítima y que no deberá ser necesariamente la primera en el tiempo. Francisco encomienda el estudio y discernimiento de cada caso al Obispo Diocesano.

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Una nueva edición de la profesora Corazón sobre las posibles nulidades del matrimonio, defendiendo la naturaleza y fidelidad, y dispuesta para ayudar a los matrimonios, incluso cuando parece que ha fracasado realmente o solo en apariencia. Se puede decir que en esta obra aparecen la mayor parte de las situaciones de matrimonios en conflicto. Con ánimo de aclarar las ideas y sosegar los sentimientos, aunando el acompañamiento con las normas del derecho, porque es posible. Ofrece un índice detallado con apartados breves que facilitan la consulta.

Está dedicado a los valientes que se casan por la Iglesia y… ¡A los que se han equivocado! Dios siempre deja una puerta abierta, para poder enmendar la vida. ¡Siempre! Ya en la Introducción pregunta al lector si hoy, ¿es posible un matrimonio para siempre?

Empezando con los fundamentos dedica la primera parte a las propiedades esenciales del matrimonio -la indisolubilidad y la unidad- con un lenguaje clásico y vital. Después trata sobre los fines y los bienes del matrimonio canónico, y como sacramento para dos bautizados. También sobre qué hay del matrimonio civil para bautizados.

Más adelante expone algunos errores y falsedades sobre las nulidades matrimoniales, por ejemplo, si ya tenemos el divorcio ¿para qué ir a una nulidad? O esta: ¿Por qué la Iglesia no admite el divorcio en ningún caso, cuando hay situaciones que son realmente angustiosas?

La última parte se dirige a los matrimonios felices, lo más frecuente, como pareja bien avenida, preguntando ¿Y los matrimonios normales, los no fracasados? Y termina con palabras del Papa Francisco que invitan a curar tantas heridas de matrimonios en el hospital de campaña para una sociedad sufriente.

Recomendable por tanto para quienes deseen profundizar hoy en la realidad del matrimonio, para profesores de derecho, y también para las parejas que empiezan a tener dificultades.

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Fácil hubiera sido para la autora –con una dilatada experiencia como prestigiosa abogada– convertir su trabajo en una especie de reality show propio de las lógicas del caso límite, en las que expertos y opinión pública se alían para convertir una cuestión tan delicada como es el matrimonio en un desfile de despropósitos. Pero no. El libro, por una parte, divulga muy bien sin vulgarizar y, por otra, expone ejemplos sin el menor atisbo de morbo. Rosa Corazón acoge la riqueza de la realidad con la suficiente dosis de prudencia como para no etiquetar o encasillar más de lo necesario, evitando afirmaciones taxativas (como ésa de “entonces, prácticamente todos los matrimonios que se contraen son nulos”) y respetando las reglas del juego de una realidad que, por rica, no alcanzaremos nunca a controlar (y menos a golpe de Real Decreto).

A la vez, el libro es eminentemente práctico. Se explica qué es una separación, una nulidad y un divorcio, cómo se debe analizar (desde el punto de vista jurídico) un matrimonio canónico, cuándo éste es válido, cuándo es nulo, cuáles son la causas de nulidad más frecuentes, cómo actúan los Tribunales canónicos, qué función cumplen los distintos actores jurídicos en un proceso matrimonial canónico... Hasta cuánto cuesta un proceso y qué hay de fondo en los pequeños y grandes “noticiones” de las nulidades de los famosos. Ahora bien: se procede a estudiar estos aspectos prácticos con una dosis de prudencia, respeto, serenidad y delicadeza que me admira por su equilibrio. Nada de bricolage jurídico, do it yourself propio de una mal entendida colección del “abogado en casa”. Nada de intrigas rotales, a cargo de inquietantes vaticanistas de nariz afilada y dedos largos... Se explican todos los temas con sencillez, claridad, sin entrar en inútiles (para este propósito) discusiones doctrinales, y procurando un estilo ágil, que no recuerda precisamente el modo forense.

Un libro ameno para quienes cursaron Derecho y guardan buen recuerdo de lo que estudiaron sobre el matrimonio canónico. También muy recomendable para quienes tienen que aconsejar a familiares, amigos y conocidos en materia matrimonial. Y un estupendo complemento vitamínico mental para quienes son adictos o adictas al cotilleo sobre los famosos: este libro les devolverá el sentido de la realidad. Rafael Palomino.

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