Dentro de la amplia galería de personajes que a lo largo de las obras de William Shakespeare (1564-1616) encarnaron las más universales y comunes pasiones que mueven la naturaleza humana, Otelo ha pasado a representar el hombre destruido por los celos. Sin embargo, a pesar de que, popularmente, permanezca este rasgo en la memoria colectiva como el más famoso de la obra, éste es tan sólo el pico visible del tema crucial y más general –como señala en su iluminador prólogo Vicente Molina Foix– de la misma: la desconfianza. Movida por este veneno que se esparce por sus diálogos e impregna las relaciones entre parejas, entre hombres y mujeres, entre jefes y subordinados, «La tragedia de Otelo, el moro de Venecia» sigue resultando, hoy como ayer, una lectura subyugante y poderosa por la perfección de su trama y el ajustado desarrollo de los mecanismos que, teniendo como principal resorte a Yago, «el diablo humano más cínico y peligroso de la literatura», inexorablemente van articulando la acción y precipitan por último la tragedia.
Edición | Editorial | Páginas | ISBN | Observaciones |
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2012 | Alianza Editorial |
224 |
978-84-206-0892 |
Colección: Biblioteca de Autor |
Comentarios
Me parece una historia tan cruel, tan cruel, que me cuesta muchísimo leerla. Me gusta Shakespeare, pero "Otelo" puede conmigo.