Soy la hija de Rembrandt

Con su madre muerta por la peste y su hermano recién casado, Cornelia Van Rijn se encuentra aislada, sin un solo amigo o confidente, salvo su difícil padre Rembrandt van Rijn, pintor que fue admirado hasta que se encontró al borde de la locura. Cornelia, sola y desamparada, debe cuidar de él, abrumada, al mismo tiempo, por los secretos y escándalos sobre ella misma...

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2008 Editex
264
978-84-9771-388-7

Colección Libros de mochila  

Título original de I Am Rembrandt’s Daughter, en 2008

Traducción de Miguel Marqués Muñoz   

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Imagen de Pipa

La historia nos cuenta la vida diaria de Cornelia van Rijn, hija pequeña de Rembrandt, que convive con él en la difícil etapa de su vejez. Muerta su madre en la última epidemia de peste, su padre queda abatido en una tristeza tremenda. Al mismo tiempo sus cuadros, al reflejar su estado de ánimo, dejan de gustar al público, lo que hace que además vivan en una pobreza casi extrema.Cornelia intentará escapar de esta triste existencia a través de un romance con el hijo de un rico comerciante de la ciudad, lo que ella nunca sospechará es que esta relación le llevará a conocer el verdadero origen de su existencia.
Es una novela histórica muy bien ambientada en el Ámsterdam de la Edad de Oro holandesa. No es un libro de agradable lectura, ya que refleja exhaustivamente el ambiente de pobreza y de soledad que se vivía en la casa de los Rembrandt. Cornelia nunca se siente querida por su padre y a la vez se siente agraviada por el amor que Rembrandt profesa a su hijo mayor. Al ser pobres y tener que hacer ella todas las tareas de la casa se siente más como una criada que como una hija. La autora se centra demasiado en un cuadro en el que aparece desnuda la madre de Cornelia, incluso describiéndolo de una manera poco apropiada. Al final de la historia resulte que Cornelia no es hija de Rembrandt, sino una hija que su madre tuvo fuera del matrimonio y que Rembrandt acogió como suya, lo que convierte el argumento del libro en algo demasiado escabroso. El lenguaje es apropiado para la edad y la autora domina el mismo. Es un libro bien escrito y en el que se aprenden cosa sobra la forma de vida de la época. Tiene tres ilustraciones no especialmente bonitas, seguramente hechas con acuarelas, basadas en cuadros de Rembrandt.