Nada más importante en el cristianismo que
el tema de la fe. En el libro de los Hechos se conoce a los cristianos con el término de «los creyentes». Si para el cristiano la clave de la salvación es Cristo, el acceso a esta proviene de la fe. Por otro lado, la teología es la fe que trata de comprender, como decía san Anselmo. Pero a veces se ofrece una interpretación subjetiva de la fe fuera de la Escritura, la Tradición y el Magisterio. Más frecuente todavía es el
peligro de reducir la fe a una experiencia al
margen de la razón, perdiendo la posibilidad de diálogo con los no creyentes. Sayés aborda la fe desde la perspectiva histórica, desde la Biblia
hasta nuestro tiempo, y sistemática, ofreciendo las tres dimensiones de la fe: confesionalidad, racionabilidad y sobrenaturalidad, y aportando respuestas nuevas y originales en el problema de la relación entre fe y razón.
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Uno de los aspectos fundamentales del cristianismo es la fe. Pero, ¿qué significa creer?. Es cierto que un tema tan importante como este en la vida cristiana y de la Iglesia es, sin embargo, poco explicado. José Antonio Sayés, conocido tanto como teólogo como por las obras que ha dedicado a la divulgación, aborda en este libro, de una forma completa el universo de la fe. No se refiere a los contenidos sino al hecho mismo de la fe.
En una primera parte aborda el tema de la fe en la historia. Parte de la revelación bíblica y después se adentra por el camino de la historia de la Iglesia, empezando por los grandes maestros Agustín y Tomás, hasta llegar al siglo XX, con el Concilio Vaticano II y algunos nombres relevantes como Alfaro, Rahner o von Balthasar. En ese recorrido, lógicamente, ocupa un lugar destacado la reforma protestante y la doctrina de Trento. En ese camino Sayés va mostrando como la fe, tal como la entiende la Iglesia, no es sólo fiducial (confianza en Dios), sino que comporta también un aspecto de confesión; hay unas verdades, reveladas por Dios, que deben ser creídas. Al mismo tiempo, el autor realza el papel de la razón, puesto en evidencia ya por los padres de la Iglesia. La fe no puede caer en un puro sentimentalismo, sino que está llamada a perfeccionar el conocimiento natural del hombre, que acepta la Palabra de Dios que se revela.
El recorrido, a pesar del esfuerzo de síntesis, resulta muy iluminador. Sobresale el buen resumen del contenido de Romanos, y las pinceladas ilustrativas sobre Trento y la teología protestante. También muy acertados los apuntes sobre el fideísmo y algunos autores como Schleiermacher, Loisy, Lamennais o Newman. Por su carácter de exposición resumida no se dice todo, pero se apunta lo esencial. Es probable que en algún punto pueda resultar polémico, especialmente en el juicio que lanza sobre von Baltasar (evidencia de la fe).
La segunda parte trata de las dimensiones de la fe. En ella el autor insiste en no caer en el fideísmo, dando cuenta de la racionalidad de la fe, sin olvidar su sobrenaturalidad. Al mismo tiempo vincula la fe con la salvación del hombre.
Se trata de una buena obra de síntesis, que puede servir para estudiantes, en el campo de la Teología fundamental pero también, por el carácter pedagógico en que está escrito, para laicos que quieran profundizar en el tema o sacerdotes y religiosos con ganas de ponerse un poco al día. Sayés ha conseguido tratar un tema importante con un lenguaje que, a pesar de la complejidad inevitable, resulta muy explicativo.