Tres años

Lúcida y emocionante novela en la que Chéjov cuenta los amores imposibles de un joven moscovita adinerado y de la hija de un médico rural.
El marco geográfico y temporal, magistralmente descrito, refleja fielmente la decadencia, la pérdida de valores y el desánimo que reinaban en la Rusia de finales del XIX.
Es una novela apenas conocida en nuestro país, imposible de encontrar en castellano hasta ahora.El tema siempre atractivo de los amores contrariados.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2005 Espasa-Calpe
160
Valoración CDL
4
Valoración Socios
3.75
Average: 3.8 (4 votes)
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Imagen de rocio meca

En esta breve novela Anton Chéjov nos relata la historia de un matrimonio. Alexi es un joven moscovita, adinerado y burgués, que se enamora profundamente de Julia - hija de un médico rural, temerosa y huidiza. Cada uno de ellos tiene rasgos personales muy distintos, lo que hace observar el contraste de dos maneras de pensar, de sentir y de comportarse. Este matrimonio aceptado por julia y propuesto por Alexi es un enlace que durante muchos años les lleva a experimentar un sentimiento de tristeza, de melancolia, que poco a poco se transforma en un amor maduro y lleno de esperanza.
Tal vez la última frase de este libro transmite un mensaje de esperanza: "aquel que vive verá". Verá cómo una vida, suspendida en el vacío encuentra su sentido ante los gestos de cariño que la otra persona le brinda.
Chéjov describe con maestría una realidad que en la actualidad se encuentra con frecuencia, aunque a veces con un dramático final. Los temas que aborda estimulan a una profunda reflexión acerca de cuestiones como el sentido de la vida, la búsqueda de la felicidad, ...

Imagen de acabrero

Acostumbrado Chejóv a escribir cuentos y relatos cortos, escribe esta novela que también podríamos calificar de breve, sorprendiendo al lector con una historia muy rica en personajes, planteamientos de fondo y lugares. Los personajes centrales son Laptiev y Julia. Pero lo son de forma muy diferente. Es conmovedor observar como Julia crece con el relato. Llama la atención que al principio casi sólo se la nombra, y ella no dice nada. Carece de personalidad. Lo único que pretende esta mujer joven, en un primer momento, es no destrozar su vida y la de Alexei si se hubiera negado a un matrimonio, que sin duda era precipitado. En realidad le mueve el miedo a la soltería, aún siendo muy joven, y a pasarse la vida en una pequeña ciudad sin ambiente. Sin embargo Julia va ganando fuerza y al final es quien salva la historia, con una actitud de verdadera madurez femenina. Alexei Laptiev es siempre el centro de la historia, y da la impresión de hombre sin carácter, sin sentido en la vida. En muchos momentos produce auténtica compasión. Al final le salva su mujer. Es verdaderamente una historia de amor, de amor auténtico. Los demás personajes van pasando por el relato con menos consistencia, pero con un peso específico propio, porque cada uno aporta su sentido, su vacío, su ayuda, sus sufrimientos. En pocas páginas Chejóv nos habla de la realidad del matrimonio por interés, de cómo el amor nace y crece por el roce, aunque no hubiera motivos iniciales. De la situación de los trabajadores en el Moscú de finales del siglo XIX. De la falta de convencimientos religiosos de algunos en contraste con una sociedad oficial y marcadamente religiosa. Muchos temas que se mezclan con maestría para dejar en el lector la sensación de la historia vivida, aun siendo una novela de muy pocas páginas. Muy recomendable para reflexionar un poco más sobre la realidad del matrimonio.

Imagen de cdl

En Tres años se cumple a la perfección la célebre "teoría del iceberg" de Hemingway, la consistencia del relato se basa no sólo en lo que se muestra, sino en la densa y gigantesca masa de todo aquello que permanece oculto a la vista, pero que le aporta solidez y equilibrio. La historia de esos primeros tres años del matrimonio de Alexei Laptiev vástago absentista de una familia de acaudalados comerciantes- y Julia Serguéerovna -hija de un sencillo médico rural- no es sino el hilo argumental que permite desplegar ante el lector todo un microcosmos de personajes "secundarios" que configuran una visión simbólica de la Rusia de fines del XIX, un periodo de transformación social y cultural, de incertidumbre y de quiebra entre un pasado patriarcal de señores y siervos, y un futuro que se presenta incierto y se encamina hacia las grandes convulsiones de la Rusia revolucionaria. De esta forma el relato se enriquece con personajes como Nina, hermana mayor de Alexei, enferma de cáncer y abandonada por su marido Panaurov, un personaje vano y egoísta; Féodor, hermano de Alexei, y Féodor Stéfanich, su padre, un patriarca a la vieja usanza, acostumbrado a unas relaciones casi feudales con sus empleados y su familia; el grupo de las relaciones sociales de Alexei y Julia: Kostia, Yartsev y Kich; Paulina, la antigua amante de Alexei, mujer independiente y enérgica... Y todos ellos descritos magistralmente por Chéjov, que cumple a rajatabla su propia máxima de que "el juicio de los personajes debe depender del lector", y que su caracterización no se sostiene mediante los adjetivos con que se les califica, sino en su propia entidad y comportamiento. La temprana muerte de Olga, la niña fruto del matrimonio, en la que Julia ha depositado todo el peso de sus sentimientos, podría suponer el punto de inflexión en el que ese matrimonio jamás bien trabado debería hacer crisis definitivamente. Pero no es así, puesto esos tres años transcurridos han transformado profundamente a ambos esposos, han amansado sus inquietudes y sus sentimientos, y así, su vida parece encaminarse hacia un porvenir previsible.