Tres pilares de la vida cristiana

Reflejar a Jesucristo es el reto de todo cristiano. Con estas meditaciones prácticas descubriremos la mano de Dios en los sucesos ordinarios de la propia vida, a través de pasajes del Evangelio y las tres virtudes teologales. Te ayudarán a soñar con transformar nuestro mundo. Vale la pena.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2019 Palabra
190
978-84-9061-831
Valoración CDL
3
Valoración Socios
3.5
Average: 3.5 (2 votes)
Interpretación
  • No Recomendable
  • 1
  • En blanco
  • 2
  • Recomendable
  • 3
  • Muy Recomendable
  • 4

2 valoraciones

3
4
Género: 
Tema(s): 

Comentarios

Imagen de jmsan

Comprender a Dios y comprender al hombre, encontrar a Jesucristo y vivir una libertad más plena no engañosa. Son luces de la fe que vienen al meditar hoy con la Biblia. Muchos han recorrido ya el camino del relativismo y les falta un suelo firme para avanzar hacia un norte más lleno de sentido. Buscan la fe real en Dios que nos ama.

Con el hilo conductor de las tres virtudes teologales el autor ofrece esta vez unas reflexiones prácticas sobre estos «Tres Pilares de la vida cristiana», para descubrir la mano de Dios en los sucesos ordinarios de la propia vida. Lo hace siguiendo algunos pasajes de la Biblia, principalmente del Nuevo Testamento centrado en Jesucristo, en quien culmina la historia de la salvación.

Los grandes esfuerzos por mejorar nuestro modo de vivir no dan los resultados esperados. Algunos consideran que la raíz está en una concepción deficiente de la persona humana por falta de trascendencia. Con ser tan importantes para el bienestar, no todo es política, economía o igualdad. Además, las ideologías reductivas pretenden controlar a las personas mediante una educación sesgada, la propaganda, y leyes engañosas para mantenerse en el poder.

El pensamiento cristiano no es una ideología porque conoce en Jesucristo la realidad de la persona humana, la única criatura que Dios ha querido por sí misma. Y le ha dado la misión de llevar a término la creación divina. Hoy no se trata de repensar al ser humano -intentos del transhumanismo- sino más bien de desarrollar la capacidad espiritual y los dones de gracia que Dios concede a quien se le acerca. Vivimos en la historia de la salvación.

En esta línea Jesús Ortiz ofrece un conjunto de meditaciones para valorar más la fe cristiana y su capacidad para transformar los corazones, con el testimonio en las tareas ordinarias de la vida. Y desde ellos desarrollar estructuras de virtud que humanizan la sociedad. Las verdades de la fe son asideros para no caer en el vacío, pero sobre todo son una escala para llegar acompañados al cielo.