Utilidad de las desgracias y otros textos

Recopilación de colaboraciones del autor publicadas en el suplemento El cultural de El Mundo, entre 2017 y 2018. Utilidad de las desgracias es el título del último artículo incluido en este volumen.

El libro se abre con un Prólogo del autor sobre el valor literario y moral de las colaboraciones en prensa. Los artículos se agrupan bajo las siguientes rúbricas: Recordar una vida (autobiográficos); No olvidar el dolor de los demás (sobre las víctimas de ETA y de otros totalitarismos); Disfrutar el presente (sobre la vida ordinaria); Entregarse a un oficio (escritor); Apasionarte con la lectura (sobre libros y autores); Creer en la educación (sobre la docencia); Extraer algunas certezas (varios).

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2020 Tusquets Editores
348
978-84-9066-869-6
Valoración CDL
3
Valoración Socios
3
Average: 3 (1 vote)
Interpretación
  • No Recomendable
  • 1
  • En blanco
  • 2
  • Recomendable
  • 3
  • Muy Recomendable
  • 4

1 valoraciones

3
Género: 

Comentarios

Imagen de enc

Tuvimos conocimiento de la obra de Fernando Arámburu a través de su novela Patria. Nos enteramos entonces que el autor es vasco, natural de San Sebastián, y que reside en Alemania. Posteriormente hemos conocido más datos sobre él (ver Viajando por Alemania con Clara). Patria no es su primera novela. Antes de Patria, Tusquets ya había publicado quince obras del mismo autor. Supimos, por último, que no se encuentra en el país germánico en calidad de exiliado sino por haber seguido hasta allí a la que había de ser su esposa, a la que denomina La guapa.

Licenciado en Filología Hispánica en la Universidad de Zaragoza, durante veinticuatro años Arámburu ha impartido clases a españoles e hijos de españoles en Hannover, capital de la Baja Sajonia. En un determinado momento abandona la docencia para dedicarse completamente a la literatura. Pese a vivir en Alemania, Arámburu tiene una relación estrecha con los autores de la Península. Sobre todo nos hablará de poetas que no conocíamos y de los que se detiene, fundamentalmente, en su perfil humano.

Su estilo es sencillo, casi hablado, pero adornado con perlas como son algunos arcaísmos linguisticos o espléndidas metáforas. Bajo este estilo descubrimos un estupendo sentido del humor y el esfuerzo por juzgar la realidad bajo una perspectiva moral (el término ética está bastante devaluado). Pienso que el hecho de residir en Alemania ha proporcionado al autor un plus de temple y objetividad. En el artículo titulado Utilidad de las desgracias Arámburu razona como éstas pueden hacer del hombre "un ciudadano sereno, tolerante, compasivo" (pág.347).

Arámburu se manifiesta no creyente. Al recordar el esfuerzo que le supuso el ejercicio de la docencia exclama: "Ni Dios te lo agradece" (pág.252). Este desahogo de Arámburu nos permite discrepar con él: Dios sí agradece el trabajo bien hecho en favor de los demás. Es hora de proclamar que el que hace el bien cree en el Bien, el que ama cree en el Amor, y el que se esfuerza por buscar y decir la verdad cree en la Verdad. Verdad, Bien y Amor son características de un poder espiriritual superior a nosotros al que llamamos Dios. Por el contrario, el que miente es seguidor de Satanás que es el padre de la mentira, y el que obra el mal obedece al Maligno aunque se afirme creyente.

Fernando Arámburu recomienda el perdón como terapia para el País Vasco (ver El perdón como terapia, pags.87 y siguientes). Señala cómo el perdón tiene virtudes antidepresivas. Recuerda como ETA pidió perdón en su momento a las víctimas colaterales de su actividad terrorista; pero aún así ve necesario el arrepentimiento para que el perdón sea sanador: "Si no hay arrepentimiento la agresión persiste" (pág.89).

Sobre la memoria histórica escribe: "La llamada memoria histórica debería servirnos para algo más que ajustar cuentas, reavivar rencores o tratar de cambiar a voluntad los hechos del pasado. Redundaría en provecho de la sociedad si valiera para hacer de cada uno de nosotros mejores personas, más serenas, más sensibles, más educadas" (págs.69 y 70). Por último, recomienda el estudio de las humanidades con la finalidad de formar hombres y mujeres con criterio propio. Desgraciadamente, los valores que recomienda Arámburu no parecen actualmente prioritarios en la sociedad española.

El libro, al ser una recopilación de textos, no es de los que se leen de un tirón, pero despierta en nosotros una respetuosa simpatía.