¡Veo el cielo abierto!

El 12 de agosto de 1936, Victoria Díez Bustos de Molina fue fusilada con 17 personas más en la Serranía de Córdoba, a doce kilómetros de la localidad de Hornachuelos donde ejercía como maestra.

Victoria pertenecía a la Institución Teresiana y fue beatificada por el papa Juan Pablo II el 10 de octubre de 1993. En el mismo acto fue beatificado el P.Poveda, fundador de esta Institución, que también murío víctima de la persecución religiosa el 28 de julio de 1936.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
1939 Institución Teresiana
192

Subtítulo: Vida y martirio de una maestra teresiana.

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Victoria Díez Bustos de Molina nació en Sevilla en 1903, hija única de José y Victoria, un matrimonio de extracción humilde. Cursó los estudios de Magisterio entre 1919 y 1923, así como seis años en la Escuela de Artes y Oficios hacia los que sentía auténtica vocación. En 1935 conoció la Institución Teresiana en Sevilla, fundada por el P.Poveda -hoy san Pedro Poveda- con la finalidad de formar maestras católica en la vertiente profesional y santas en lo personal. Victoria aprobó la oposición para maestra nacional en 1927 y recibió escuela en Hornachuelos, en la Serranía de Córdoba. Allí permanecería hasta su muerte, en 1936.

El P.Poveda había recomendado a las Teresianas que se pusieran al día acerca de los movimientos de renovación pedagógica: "Vuestra ciencia -escribía- abrillantará vuestra virtud". Victoria introdujo a sus alumnas en las clases al aire libre para la observación de la naturaleza, las excursiones a lugares artísticos e históricos, las manualidades e incluso la gimnasia rítmica; pero también en la catequesis y en la oración ante el Sagrario. Participó en la modernización del edificio de la escuela y comenzó unas clases de alfabetización para trabajadoras jóvenes. Nunca tuvo inclinaciones políticas y fue designada Secretaria de la Junta de Enseñanza del pueblo. Peródicamente acercaba a las alumnas más pobres a su casa, para comer con su madre y con ella, alegando que vivían muy lejos y que sus familias estarían trabajando en el campo. En invierno hacía que sus alumnas rotasen junto al brasero de la maestra para calentarse un poco.

En 1931, la República recién instaurada prohibió los símbolos religiosos en las escuelas y que los maestros impartieran enseñanza religiosa dentro o fuera de las mismas. Victoria encomendó la catequesis parroquial a su madre y a las alumnas más instruidas. En 1934 se produjo un alzamiento en contra de la República y la iglesia de Hornachuelos fue incendiada. La maestra colaboró con el párroco para su restauración. Finalmente, el 18 de julio de 1936 se produjo el alzamiento militar; el fundador de las Teresianas, Padre Poveda, fue fusilado en Madrid el día 28. Pocos días más tarde le correspondería el mismo honor a Victoria. Presa con otras diecisiete personas en Hornachuelos, entre ellos el párroco, la maestra era la única mujer del grupo.

El 12 de agosto, de madrugada, un grupo de milicianos los sacó de la carcel. Los llevaban a un lugar situado a doce kilómetros del pueblo a un lugar denominado el Rincón. Cuenta la autora que, cuando sus compañeros se cansaban por el camino, Victoria les animaba: "Adelante, que nos espera el premio, que nos espera Jesús". Llegados a su destino los milicianos celebraron una parodia de juicio en la que los prisioneros fueron condenados a muerte y fusilados. Al parecer, a Victoria le ofrecieron la libertad si gritaba "Viva la República, viva el comunismo" (obsévese la asimilación de ambos términos, República y comunismo), pero Victoria gritó "Viva Cristo Rey" y así entregó su vida. Los cuerpos fueron arrojados a una mina cercana, de donde fueron recuperados en 1965, con motivo del comienzo del proceso de beatificación de la maestra sevillana.

La biografía fue publicada en 1939, el mismo año en el que terminó la guerra, por la que había sido maestra de Victoria en Sevilla. Su estilo es retórico y podría ser educativo para los aspirantes a maestras y maestros católicos, pero, como es lógico, está descatalogado.