Y del cielo cayeron tres manzanas

Novela sobre la vida en un pequeño pueblo de Armenia y el paso del tiempo. Ambientada en Marán, un pueblecito enclavado en la ladera del Mánish-Kar, una montaña en las estribaciones del Cáucaso, la trama se desarrolla durante varias décadas en la vida de sus habitantes. Así pues, se trata de una novela coral protagonizada por las gentes del pueblo, en la que se narran sus historias y sus orígenes, el valor de sus apellidos y de sus antepasados, y entre ellos destacan Anatolia, la bibliotecaria; sus vecinos Ovanés y Yasamán, casi familia; Vasili, el herrero, y su esposa Magtajiné; Vanó y Valinka, y su nieto Tigrán.  Con dureza y ternura, se describe la vida rural, apegada a la tierra y al cuidado de los animales, los duros trabajos del campo, las jornadas eternas para mantener sus escasas posesiones. En esa  existencia ya difícil por sí misma, las gentes de Marán además han tenido que hacer frente a masacres, a guerras, a las posteriores hambrunas, a las plagas de insectos, a terremotos y avalanchas: unas vidas marcadas por tremendos desastres, a veces imposibles de prever y contra los que resulta difícil luchar. La vida y la muerte han pasado por Marán y muchos han fallecido, han perdido esposos, hijos, nietos..., pero todavía sobreviven en la aldea trece ancianas y ocho ancianos que recuerdan su pasado, viven el presente y mantienen la esperanza y quizá un milagro que les depare un futuro mejor.

La autora de la novela es Nariné Abgarián (Armenia, 1971), escritora rusa de origen armenio, galardonada en 2016 con el premio literario Yásnaia Poliana de Rusia. En esta novela y en su precioso título, ha querido recoger algunas leyendas de Marán, porque del cielo a la tierra caerán tres manzanas: “una para quien vio, otra para quien contó y la tercera para quien escuchó y creyó en el bien”, y supo mantener la memoria de la historia que pervive hasta nosotros. De esta forma, conocemos sus costumbres, sus tradiciones, las creencias arraigadas desde sus antepasados, las supersticiones y los vaticinios, pero también las virtudes que adornan a las gentes que viven con esfuerzo, con trabajo y con verdad, y que se ayudan como una gran familia: con generosidad, con amor y amistad. Así pues, se trata de una lectura muy recomendable para disfrutar de sus historias, de los buenos y de los malos momentos que forman parte de toda existencia. Ana María Díaz Barranco