Orient-Express

Historia y aventuras en el Orient-Express, el tren que recorría Europa desde Londres y París hasta Atenas, Estambul y Bagdad. Entró en servicio en 1883 y fue suprimido en 1977.

Un millonario americano, propietario de un hotel de lujo en Venecia, lo refundó con el nombre de Venice Simplón-Orient Express. El autor, que había viajado en ese ferrocarril en 1969, repite el viaje a principios del siglo XXI y publica la historia como un libro de viajes y recuerdos.

Ediciones

Edición Editorial Páginas ISBN Observaciones
2020 Acantilado
381
978-84-17902-32-2

Subtítulo: El tren de Europa.

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Mauricio Wiesenthal nació en Barcelona en 1943; no dice de dónde procedía su padre, pero sí que era catedrático y que, durante su infancia, Mauricio le acompañó en muchos de sus viajes por el extranjero. La infancia y juventud del autor fueron internacionales y él se considera, ante todo, un ciudadano europeo: vivió en Venecia y en Nápoles, cursó sus estudios en Sevilla, se casó con una inglesa en Gibraltar y trabajó como periodista en París. Wiesenthal es un contador de historias, un magnífico contador de historias, y en ese tipo de autores nunca sabremos lo que es verdad y qué es imaginado, lo cierto es que sus historias se parecen mucho a las batallas del abuelito.

La palabra más repetida en este libro es nacionalismo. El autor añora aquellos años en los que se podían atravesar las fronteras únicamente con una tarjeta de visita. Recuerda a Stefan Zweig, al que llama mi maestro y su libro El mundo de ayer; una Europa culturalmente próxima, amante de las diferencias y no de la igualdad, de la justicia y la dignidad humana, del trabajo honrado, el pensamiento independiente y la caridad fraterna (pág.272); una Europa también más pobre, pero, como señala el autor con frase ciertísima: "Nada nos hace más inocentes que la mala suerte de haber nacido en la parte más injusta del mundo" (pág.331). Hoy no cabe hablar de Europa como de una región desfavorecida, pero antaño, los ojos y las esperanzas de muchos europeos estaban puestas en América.

El autor incorpora al libro un gran número de anécdotas acerca de personajes que se movían por Europa en el Orient Express, miembros de la realeza y artistas, pero también traficantes de armas y personajes de dudosa reputación, como lo fueron Gulbekian o un tal Zaharoff, del cual cuenta que era capaz de desatar una guerra entre los países balcánicos para venderles las armas con la cuales traficaba. La caída del telón de acero sumergió a esos países centroeuropeos en una noche de silencio y pobreza. 

Escribe Wiesenthal como el sueño de la unidad europea se rompió con las dos guerras mundiales. Del kaiser Guillermo II dirá que era "un megalómano mal aconsejado por una banda de nacionalistas educados en los delirios de Fichte y Hegel (pág.38). Afirma el autor que, desaparecidos los llamados imperios centrales como consecuencia de la Gran Guerra, llegó a Europa la hora de los fascitas y los trotskistas, de los llamados capitanes de la industria y de los nuevos ricos, los cuales, aliados con políticos todopoderosos, dieron lugar a la Segunda Guerra Mundial (pág.41).

Wiesenthal recuerda los valores que él había conocido en la Europa de la post-guerra. Escribe que "en la vieja Europa en la que yo me eduqué -un mundo escarmentado y arruinado por las guerras-, detrás de cada máquina estaban el trabajo y la responsabilidad de un hombre" (pág.66). Se refiere, en primer lugar a los trabajadores del ferrocarril, empleados humildes pero con orgullo profesional, que mantenían en funcionamiento los servicios ferroviarios. El autor lamenta que se haya perdido el gusto por la obra bien hecha a todos los niveles: "Mujeres y hombres que conocí en mi juventud, activos y luchadores, ya no están para juzgar la vergüenza de este tiempo irresponsable y ocioso" (pág.68).

"Esta miserable burguesía europea -concluye- ha dejado morir los valores que nos legaron nuestro padres en la cultura, el arte, la religión y en todas las luces del espíritu; han enterrado -cuando no cubierto de oprobio- a generaciones de europeos que habían dado lugar a lo mejor de Europa" (pág.64). Orient-Express. El tren de Europa, es para una lectura lenta, llena de personajes y anécdotas, pero muy instructiva en los valores que defiende.