Francesc Torralba (Barcelona, 1967), catedrático de filosofía de la Universitat Ramon Llull de Barcelona ha redactado un magnífico trabajo acerca de los prolegómenos de la fe que merecería ser leído y disfrutado por muchos.
Nada más empezar, en el preámbulo dice: “En el creer subsiste una dimensión de incertidumbre, de apuesta, de confianza. La amistad no se funda en el saber, sino en el creer, pues la fidelidad entre los amigos no puede demostrarse a priori, sino solo a través del tiempo” (8).
Enseguida, nos dirá que incorporarse a la Iglesia, a los sacramentos, a la vida de oración y, por supuesto, actualizarlo realmente: “Es un acto de confianza y de fidelidad que exige audacia y un gran aprendizaje” (11).
Evidentemente, el factor confianza es capital en esta materia de la fe: “Creer significa confiarse a un amor que siempre acoge y perdona, que sostiene y orienta la existencia, que se manifiesta poderoso en su capacidad de enderezar lo torcido de nuestra historia” (17).
Digamos enseguida que el hecho más repetido en este libro es la constante invitación de Dios al hombre al amor: “Esta llamada de Dios requiere de la escucha, pero la escucha no es una necesidad; es un acto libre del ser humano, como lo es también seguir el sentido de la misma” (20).
Creer, nos dirá Torralba es un aprendizaje constante, porque deseamos amar y entender y eso a veces no es tan sencillo, requiere amar más y abandonarse más hasta que entendemos algo (22).
En las siguientes páginas nuestro autor abordará el espíritu de servicio y de aventura (34) tanto en el amor a Dios como en el amor a los demás (39). Para rematar: “Creer en Dios es un proyecto de felicidad” (42).
Evidentemente, nuestro autor enfocará la persona humana y su dignidad desde el ángulo de la relación tanto con Dios, somos imágenes y semejanza de él, como con los demás: “La relación personal siempre implica novedad” (48).
Hablando de dificultades habituales en la tarea del amor a Dios y a las almas se detendrá en el problema del mal, cuestión debatida desde siempre y especialmente desde el descubrimiento de los campos de exterminio de Auschwitz (65).
No podemos terminar este interesante trabajo sin recoger unas magníficas ideas acerca de la libertad del hombre: “ser libre es expresar la propia vocación en el mundo, realizar el propio proyecto vital, pero, para alcanzar tal fin, el ser humano necesita el sostén y el cuidado de Dios” (83).
José Carlos Martín de la Hoz
Francesc Torralba, Y, a pesar de todo, creer, ediciones PPC, Madrid 2018, 116 pp.