En junio de 1942, una joven judía de 27 años escribía en Amsterdam: «Lo que vivo en mi interior, y que no es únicamente mío, no tengo derecho a guardármelo para mí sola...».
Un itinerario espirirtual (Amsterdam 1941-Asuchwitz 1943).
Etty tenía grandes dotes de narradora y una gran capacidad para darse a conocer. Sorprende mucho, por su época, sus planteamientos sobre la mujer, su idea de las relaciones humanas y sobre la capacidad del hombre de cambiar.