Enero de 2024, 16:30

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Madrid

Abril, 2018

Los muchachos del zinc

Aleksiévich, Svetlana

Entre 1979 y 1989 un millón de tropas soviéticas combatieron en una guerra devastadora en Afganistán que provocó más de 50.000 bajas y acabó con la juventud y la humanidad de varias decenas de miles de soldados más. Los muertos soviéticos volvían a casa en ataúdes de zinc sellados mientras el estado no reconocía ni la mera existencia del conflicto.

Comentarios

Imagen de fcrosas

Todos lo que he leído de esta autora me parece extraordinario. Es un difícil género: Literatura-testimonio. Parte de entrevistas y compone después un cuadro siempre estremecedor. Recomendabilísimo para los que nos quejamos de todo.

Imagen de José Ignacio Peláez Albendea

La autora, Premio Nobel de Literatura (2015), periodista y escritora bielorrusa (1948), escribe en este libro un relato sobre la guerra de Afganistán (1979-1989) en que se implicó la Unión Soviética. Reúne un conjunto de entrevistas a personas que participaron en el cruel conflicto: soldados voluntarios y de reemplazo, otros militares de diversas graduaciones, enfermeras, médicos, padres y madres de estos profesionales que perdieron a sus hijos en la guerra… El género de la escritura es el de literatura documental, una construcción artística de los testimonios que, en su selección y orden forman un conjunto muy elocuente y significativo de lo que sucedió allí.

La autora empatiza con los que entrevista y manifiesta compasión con sus dolor y sabe preguntar y seleccionar lo mejor de cada uno.

El texto se lee con interés y no resulta tedioso, a pesar de que pueden ser cerca de cien los testimonios, que la autora sabe entrelazar y dosificar, para expresar con toda su expresión la brutalidad de una guerra como esta.

Aparece con claridad el engaño de las autoridades soviéticas a las personas que enviaba a la guerra, la falta de libertad de expresión y de información: iban engañados; la bajeza moral de muchos que vendían su alma por unas baratijas; pero también el amor a su patria, y de las madres a sus hijos, la compasión, la misericordia, y en algunos casos, el recurso a la oración y a Dios.

La autora sufrió varios pleitos por este libro, acusada por algunos de los entrevistados –detrás de los cuales se ve el impulso de autoridades militares soviéticas- porque el libro hizo caer en la cuenta de que esa guerra de Afganistán fue absurda, y los militares soviéticos que aparecían como héroes en la propaganda soviética, eran seres humanos de carne y hueso, con muchos defectos, defectos que se agrandan en las situaciones-límite como las guerras.

No es sólo un libro antibelicista o pacifista, es un libro que sabe hacer literatura, en este caso alta literatura, de la crisis interior del corazón humano cuando se enfrenta a la brutalidad, a la mentira, a la inhumanidad y al dolor; de estas crisis, unos salen rotos para siempre, otros aumentan o consolidan su cinismo y otros crecen como personas y aprenden de sus errores, aprenden a perdonar y a perdonarse, y en el camino, también encuentran a Dios.